6. HORTUS

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»Las flores brotaban con fervor junto a las verdosas hojas de los árboles.
No había más nieve ni frío, sólo había calidez y sol, algo digno de la primavera. Aquel día llegaste sonriendo con melancolía y fue en el tono de tu voz al saludar donde me di cuenta de que algo iba mal.

Pero lo ignore.

Me dediqué a tomar fotos a los niños que corrían y brincaban cerca del estanque, en ningún momento mire tus ojos, sabía que terminaría por romperme junto a todas mis ilusiones, esas donde creía que estarías junto a mí.

Cuando tomaste mi mano una calidez recorrió mi cuerpo, sin tocar mi corazón, suspire con súplica cuando humedeciste tus labios para comenzar a hablar.

"MinGyu, tú siempre has sabido como soy, nunca te mentí en mi forma de ser y aun así me aceptaste, pero realmente.... ¡Dios no sé cómo decirlo!"

Incluso en ese momento, aun sabiendo lo que seguía, te me hiciste tan tierno. Sonreí queriendo capturar con mi cámara aquel momento, donde quizá te vería por última vez.

Pero no lo hice, sólo presioné tu mano, incitándote a seguir hablando.

"No busco ojos azules, tampoco verdes que se vuelvan miel con el sol. Sólo quiero ojos limpios, que hablen cuando miren y que miren lo que quieran, y sinceramente es algo que tu no me darás...Tan lindo y cálido, pero sólo tienes ojos para mi y yo no quiero eso..."

Después de aquellas palabras sólo sentí tus labios en mi mejilla y la frialdad embargar mi mano al perder la calidez de la tuya.

Siempre supe que eras libre, fue mi error el querer cambiarlo, sabiendo que no terminaría como esperaba.

Te perdí, incluso antes de tenerte.
Fue en la preciosa hortus cuando te perdí, jurando que algún día leerías este cuaderno de notas... «

K.MG

ERATDonde viven las historias. Descúbrelo ahora