3. AUTUMNUM

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"La primera hoja había caído el mismo día que te acercaste a mí, el corazón se me detuvo y el estómago se me estrujó. Tus palabras fueron directas, como un riego de pólvora a mí sistema nervioso; me altere.

El simple "¿Por qué me tomas fotos a diario?" me había descolocado y cuando quise responder tu pregunta ya te encontrabas caminando en dirección contraria a donde yo me estaba.

Al otro día, cuando los pigmentos verdes de los árboles tomaban un tinte marrón, tu estabas ahí, donde siempre, pero en esta ocasión llevabas el mejor accesorio que un chico puede portar; la libertad de sonreír. Porque si, para cualquiera aquella sonrisa pudo ser una típica, pero para mí -que pase toda una estación observándote- era un gesto diferente, lleno de luz y libertad con manchas de rebeldía.

"Toma una foto de este momento", habías dicho y sólo eso bastó para hacerme sonreír, quizá fue en ese día que mi amor por ti se hizo tangible, tanto como las fotos que tomaba día con día. Porque tu pelo azabache, tu mirada fría, la sonrisa »diferente« y tu actitud afable eran aspectos dignos de admirar; como tu belleza.

Fueron los días de autumnum donde me enamoré de aquello que nunca podría comprender o cambiar, tu manera de ser y percibir tu entorno..."

K.MG

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