III

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Al día siguiente desperté sintiéndome diferente. El día anterior Yuzu y yo estuvimos juntas el resto del día viendo películas, jugando juegos, parecía algo normal entre madre e hija pero para mí es algo diferente y quería que aquel día jamás hubiera terminado pero fue así. Al anochecer el día anterior, mi hija me había pedido que me quedara a dormir con ella ya que sentía frío por las noche y que mi calor la reconfortaría, eso hizo que mi corazón saltará y acepte casi sin dudar.

Desperté y mire a mi lado, allí estaba Yuzu abrazada a mí con una sonrisa en su bello rostro. Acerque mi mano a su mejilla y la acaricie con delicadeza y al cabo de unos segundos pude notar que estaba despertando y quise alejarme pero ¿Por qué hacerlo? Al final ella me pidió que me quedara a dormir aquí así que si despierta y me ve lo verá normal ¿No?. Yuzu despertó y me miró con una leve sonrisa.

Yuzu: Buenos días... Mamá.

Ume: Buenos días Yuzu

A diferencia de ella yo sonreía de una manera enérgica.

Yuzu: Gracias por haber dormido a mi lado

Yuzu se acercó a mi y se pegó a mi oreja.

Yuzu: ~Me gustaría repetirlo esta noche~

¿Eh?

Ume: ¿De-de qué hablas? 

Yuzu: Pues de dormir juntas

Ume: A-ah si, por supuesto jeje.

Yuzu rio para luego levantarse.
Ume se recostó en la cama y suspiro.

{...}

Yuzu estaba caminando hacia la academia. Ese día Harumi no estaría ya que ella estaba algo enferma.

Yuzu entro al instituto y Mei, sorpresivamente, se acercó a Yuzu y parecía preocupada por algo.

Mei: Yuzu ¿Podemos hablar?

Yuzu: ¿Eh? ¿Mei? ¿Ni un hola tan siquiera? —dice sonriendo de forma burlona—

Mei: No tengo tiempo para esto —mira detrás de Yuzu— ¿Si podemos hablar?

Yuzu: Pues...

Mei: ¡Genial! Vamos —agarra a Yuzu de la mano y comienza a caminar a un paso algo apurado—

Yuzu: Eh Mei, espera ¡Aún no he dicho nada!

Las chicas estaban detrás de la escuela y Mei miraba de un lado a otro con algo de inseguridad.

Mei: ~Bien, no hay nadie~ Yuzu, de lo que quería hablar contigo... Bueno ehh... Es con respecto a Hanna Kishitou...

{...}

Ume se alistó y salió de la casa unos minutos después de que Yuzu se fuera, si se hubiera quedado, habría remodelado la casa entera. Estando afuera, Ume logra divisar una tienda en dónde vendían cosas de dibujo así que entró con intenciones de comprar un kit de dibujo para Yuzu.

Estando adentro revisando las estanterías, Ume choca con una mujer.

Ume: Oh, perdón no me fijé por dónde iba

???: no te preocupes... Espera ¿Ume?

Ume: Un segundo ¡Tari!

Tari: ¡Ay hola Ume! —se acerca y abraza a la castaña— ¿Cuánto tiempo?

Tari era una mujer joven con ojos color ámbar y cabello castaño y pintado de rojo en las puntas. Era algo más baja que Ume por un par de centímetros.

Citrus: El amor de una madreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora