🎃Especial de Halloween🎃

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"...la llamada venía de dentro de la casa ooo" gimió Luz con su mejor voz espeluznante. Mientras los hermanos Blight la miraban confusos sin entender por qué esa historia daba miedo.

Era una noche de tormenta en la mansión Blight. Luz, que había venido a entregar unos libros de la escuela de Amity, estaba ahora atrapada dentro, sin poder ir a casa hasta que la lluvia hirviente cesara. Para pasar el tiempo, los gemelos habían propuesto contar historias de miedo en la sala. Esto era tanto para aliviar su aburrimiento como para asegurarse de mantener a Luz alejada de sus padres. Su madre no era la mayor fan de Luz. 

Todos se habían turnado para contar una historia al menos una vez cuando Alador pasó mientras se dirigía a la cocina para tomar un aperitivo nocturno. Al ver a su padre, los gemelos esbozaron una sonrisa diabólica. No era frecuente que pasaran tiempo con él. La mayor parte del tiempo estaba ocupado y el hombre no era el más sociable. Por no hablar de que su madre siempre estaba cerca, así que aprovechaban cualquier oportunidad para atraparlo a solas.  

"Oye papá, ¿podrías venir un momento?",gritó Emira tras su padre. 

"Mmm, ¿qué pasa?" Murmuró Alador volviendo a entrar a la sala.

"Hemos estado contando historias de miedo para pasar el tiempo", dijo Edric.

"Todos hemos contado ya una historia y ahora te toca a ti. ¿Qué es lo más espantoso que has vivido?", preguntó Emira, dedicándole a su padre la sonrisa más dulce que pudo reunir. 

Alador se detuvo un momento a considerar la pregunta antes de responder "Sería el día en que nació Amity". Dijo con su habitual voz monótona y luego se dio la vuelta para ir a la cocina. 

"¡¿Espera qué?!" exclamó Amity con cara de confusión y sorpresa. 

"Espera papá ¿qué quieres decir?" presionó Edric mientras Emira se apresuraba a impedir que su padre se fuera.

Alador no mostró ninguna emoción pero dejó escapar un gruñido bajo antes de darse la vuelta y volver por donde había venido. Todo el grupo se miró confundido. Alador era un hombre extraño pero sus hijos sabían que no debían presionar demasiado. Aunque su padre no lo demostraba, se agobiaba con facilidad y por eso a su madre no le gustaba que le molestaran. 

Después de unos minutos, volvió a entrar en la sala con su esposa. Ella parecía tan confundida como ellos. 

"Alador, ¿qué está pasando?", preguntó Odalia mientras se dejaba llevar por su marido hasta la sala. La pregunta la hizo más bien por impulso. Ya estaba acostumbrada a que su marido viniera a buscarla aleatoriamente sin apenas decir una palabra. La causa podía ser tan simple como un bicho al azar que encontraba interesante hasta un incendio en el laboratorio. No importaba el motivo, él tenía la misma expresión, por lo que siempre era difícil saber qué lo tenía alterado. 

Cuando entraron a la sala vio a sus hijos y a la humana sentados alrededor de una mesa llena de bocadillos, todos mirándolos confundidos. Ya veo esta es la razón por la que Alador estaba actuando de forma tan extraña. 

"¿Qué le hicieron a su padre?", preguntó Odalia. Si lo ha dicho una vez lo ha dicho mil veces. Ya deberían saber que no deben molestarlo.  

"Sólo le preguntamos qué era lo más espantoso que había vivido", dijo Edric regalándole a su madre una sonrisa inocente, omitiendo por completo la parte en la que le presionaron para que respondiera hasta que saliera huyendo. Si su madre se enteraba estarían todos en grandes problemas.

"¿Oh?" respondió Odalia, levantando una ceja. 

"Dijo que fue el día en que nací", dijo Amity con una pizca de dolor en su voz. 

Las Cronicas De Los Blight: Odalia y AladorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora