c i n c o

301 53 13
                                    

4 años antes

Después de unas divinas vacaciones de verano, las semanas pasaron igual de rápidas que el viento en otoño. Un mes estaba por cumplirse, y SeokMin estaba consternado por el silencio que Jun propagó durante ese tiempo desolado.

Había dejado de hablarle, lo había hecho sin razón aparente.

SeokMin se sentía como pez fuera del agua, sentía que se estaba perdiendo de algo, sin embargo, nada pasaba por su mente.

Era tan solo un niño de trece años, uno que estaba pasando por la pubertad exactamente. Uno que aún le encantaba mirar caricaturas junto a Jun y que cantaban canciones que a sus madres les gustaba.

No entendía esas acciones del castaño, y preguntarle sería una buena opción, pero como podría preguntarle si su amigo no quería ni estar en la misma habitación que él.

Durante una semana intentó acercarse a Jun, pero sus intenciones eran en vano, ya que, el mayor huía cada que podía como si estuviera perseguido por un total desconocido.

Demasiadas dudas surgían, y cuántas más habían, su pecho se comprimía aún más fuerte. Necesitaba saber cuánto antes lo que ocurría entre ellos dos.

—Mamá, ¿aún irás a la casa de los Wen? —SeokMin interrumpió a su madre que disfrutaba de una buena lectura por la tarde.

—Así es.

—Quiero ir contigo, yo... Ehm... Necesito ir con Jun.

La mujer alzó la mirada.

— ¿Ya han solucionado sus problemas? —El moreno negó con la cabeza— Es una pena, espero que todo salga bien. Ya extraño sacarles fotos juntos.

—Yo también —esbozo una pequeña y triste sonrisa.

Al día siguiente madre e hijo Lee fueron de visita a la residencia Wen. En cuanto llegaron fueron recibidos por un afectuoso y cálido abrazo por parte de Wen ShinYu. SeokMin miró sobre el hombro de la mujer extranjera y pudo divisar con el quién, un mes atrás, compartía sonrisas y bromas durante todas las tardes en vacaciones.

Entrando a la sala principal, observó que Jun ya no se encontraba en la pieza. De inmediato, su joven corazón generó un dolor indescriptible aún para su edad.

Las madres optaron en tomar el té en la terraza del patio, fue ahí en dónde vio a Jun a lo lejos sentado a un lado de un árbol.

—Hola, Junnie.

El castaño se levantó tan rápido mientras abrazaba lo que parecía ser su diario, con una expresión de terror en su rostro que nunca antes le había visto.

—Espera, Jun. Solo quiero que hablemos —Lo detuvo cuando el mayor se veía con intenciones de irse.

—Yo no quiero hablar.

—Por favor —imploró mientras sujetaba su mano— Dime ¿qué es lo que estoy haciendo mal?

—Déjame —Lagrimas empezaron a salir de los brillantes ojos de Jun.

Jun no midió su fuerza y terminó empujando al moreno hasta hacerlo caer sobre su trasero —L-lo siento —se dispuso ayudarlo a levantar— Eres un tonto.

—No te entiendo, Jun. ¿Qué es lo que te sucede?

— ¿En serio no lo sabes? —Demonios, se suponía que su secreto tenía que ser solo su secreto, y en especial, SeokMin no debía de saberlo.

— ¡No, no lo sé! —Respondió con una mirada obvia y las cejas juntas.

La amena respuesta fue suficiente para que Jun perdiera los estribos. Se abalanzo a SeokMin aplastando sus bocas con algo de fuerza y sin ninguna pizca de experiencia, por un momento pudo sentir como sus dientes rozaron.

Aquella escena lo llevo a recordar el día que se conocieron por primera vez, en su séptimo cumpleaños. Se sentía tan avergonzado de pensar que ahora él había tomado la iniciativa.

Algo dentro de Jun se encendió como bombilla, o más bien, algo entre sus piernas reaccionó ante el roce de sus labios contra los de SeokMin.

Se separo del quién había sido su mejor amigo algún día y no espero ni una reacción del moreno para salió corriendo con las mejillas color bermejo y el corazón a punto de estallar.

No sabía lo que le ocurría, pero tampoco quería tener la necesidad de saberlo. Todo era tan confuso.

—... Entonces eso fue lo que me dijo. ¿Jun dijo algo?

ShinYu salió de su trance después de ver una escena un tanto sugestiva. No era por seguro, pero estaba teniendo una idea de lo que sucedía entre los pre-adolescentes.

— ¿Te dijo por qué ya no le habla a Seokie?

—No —Tomó un poco de té— Junnie está dejando de contarme cosas —Aceptó con algo de vergüenza— Cree que no sé lo que me oculta, pero si sabe lo que creo que sé, no se da la tarea de corroborar. Eso me molesta un poco.

— ¿Crees que estén entrando en la etapa de revelación y la rebeldía?

—No lo sé, pero debemos ser muy listas.

Un Pequeño Problema ➮ᏚeokᎻuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora