CAPÍTULO 2

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Una semana después.

A una altura de 35 plantas de un edificio se podían escuchar unos chillidos ensordecedores en mitad de una noche de luna llena.

—¡Drew, haz que se calle de una vez!— le grita Mia desde la terraza.

— Solo está teniendo una pesadilla— se justifica Drew.

—¿Solo?— pregunta con sarcasmo— Como siga gritando de esa forma va atraer a los Sfongs— Mia entra al comedor y encara a Drew.

—No tienes nada que hacer conmigo en un combate cuerpo a cuerpo—Drew la repasa con una mirada de insuficiencia a Mia.

Mia se agacha, saca de su bota negra su querida Beretta 92 y rápidamente le encañona, en la entrepierna de Drew.

—¡Parad!— Maggie se agacha a la altura de Mia , sujeta la pistola sin quitársela de las manos— Mía tiene razón, no puede continuar la chica gritando de esta manera, podrían oírnos— Mia tuerce una sonrisa. Descarga el cargador y lo tira al suelo.—Despiertala Drew— Maggie le sonríe con la boca cerrada.

Drew obedece y se dirige a su cuarto, coge de sus vaqueros la llave de la puerta, quita el cerrojo y la ve en su cama gritando, se acerca y se detiene a lado suya observándola, como si la pesadilla la estuviese matando por dentro y el sudor de su frente empapando toda su cara.

—Despierta,despierta,despierta—la zarandea una y otra vez hasta que abre los ojos como si salieran de sus órbitas.

—Relájate, solo es una pesadilla— dice Drew intentando calmarla.

—No es una pesadilla, he vuelto a recordar algo de mi pasado— dice la chica informando.

Drew automáticamente le viene un recuerdo de ellos dos hablando hace dos días en esa misma habitación, hablando que tiene un marido que se llama Patrick.

—¿De tu marido Patrick?— pregunta con un tono seco.

—Si y no, es complicado de explicar ni yo misma lo entiendo— contesta confusa.

—Oye solo intento ayudarte a recordar tu pasado, sé por experiencia que recordar quien eres, no es ni por asomo, lo que imaginas— Drew la mira a ella angustiado.

—¿A qué te refieres?— pregunta perpleja.

—A nada— gira su cabeza hacia otro lado— Sabes algo nuevo sobre tu pasado— Drew se sienta en el pico de la cama.

— Si, ya se como me llamo— La chica se retira con su mano el sudor que tenía en la frente.

—¿Cómo?.

— Sally— contesta ella, esperaba que dijera cualquier cosa Drew pero no lo hace, y por la tensión que se respiraba en el ambiente baraja esa pregunta que deseaba hacerle desde que la encerraron. — Por cierto ¿cuánto tiempo más me vas a tener prisionera en tu habitación?— Se levanta de la cama y empieza a dar vueltas en la habitación.

—Mañana ya podrás salir e irte con nosotros— responde con un tono autoritario.

— ¿Con vosotros?— Sally se asombra— ¿donde?— frunce el ceño.

— Todavía no te lo puedo decir— Drew desvía su mirada hacia la ventana.

— ¿Por qué? ¿Por qué tanto secretismo? No lo entiendo— Sally se tira al suelo derrotada por las palabras que ha oído y sumerge su cabeza entre sus muslos.

— Todo a su debido tiempo— le contesta elevando el tono.

Sally estaba harta de estar encerrada en esas cuatro paredes,— con gusto saldría e huiría yo sola por mi cuenta— piensa. Pero las llaves de la habitación siempre van con él, en el bolsillo de sus pantalones.

LA NUEVA ERADonde viven las historias. Descúbrelo ahora