[12]

240 35 20
                                    

Mis palabras quedaron atrapadas en mi garganta cuando los labios del chico pálido se encontraron con los míos, Aakashi no me dejó quejarme o pronunciar palabra cuando su lengua se abrió paso a través de mi boca y jugueteo con la mía.

Sus enormes manos encontraron su camino y se acomodaron perfectamente en mi rostro, atrayéndome más cerca de él y evitando que pudiera alejarme; de todos modos, no lo hubiera intentado, ni si quiera me atrevía a moverme.

Mientras tanto, las manos callosas de Bokuto se deslizaron por mis muslos, subiendo por mi estomago hasta encontrar mis pechos, sus dígitos hicieron cosquillas en mi piel aún vestida, sus movimientos eran toscos y un poco torpes a comparación de Aakashi, que me tomó firmemente y sin un ápice de duda.

El pelinegro separó su rostro del mío, lo suficiente como para que mi respiración saliera agitada por mi boca; sentí como mis pulmones volvieron a llenarse del preciado oxígeno.

- Tienes una nariz, úsala.- Aakashi sonrió amablemente y sentí que mis mejillas comenzaron a arder de la vergüenza.

Nuevamente se acercó hacia mí, esta vez no me tomó por sorpresa y correspondí adecuadamente el beso; mi cuerpo se relajó un poco al comenzar a respirar naturalmente por la nariz; mi cerebro aún estaba entumido y no sabía aún como procesar lo que estaba pasando, pero solo me dejé llevar.

Uno de mis gemidos se ahogó entre los labios rosados del muchacho al sentir como los dedos del peliblanco presionaban mis pezones a través de mi ropa; miré de reojo y sin separarme de Aakashi al otro chico, el cual se encontraba sonriendo maliciosamente y dejándose llevar por la forma de mi cuerpo.

Bokuto sostuvo firmemente mis pechos en sus dos manos y acarició círculos con sus dedos pulgares; sonrió y apretujó suavemente, otro gemido quedó atrapado en mi boca y sentí como el pelinegro sonreía en el beso.

Las enormes manos del chico moreno subieron un poco hasta que sus dedos se encontraron con los botones de mi camisa y hábilmente comenzó a desabotonarlos; mis manos estaban sudorosas y mi corazón estaba muy acelerado, sin embargo, yo no quería que ni uno de los dos parara.

Una vez todos los botones estuvieron desabrochados, las manos inquietas del chico separaron mi camisa de lado a lado dejando mi sostén al aire; por unos segundos no hizo ni un movimiento y solo se quedó ahí enseguida de mi mirando atentamente cada centímetro de piel expuesta.

Aakashi se separó de mí y bajó su vista hacia mi pecho.

- ¿Encaje negro?.- levantó una de sus cejas y sonrió.- es muy bonito.

- ¿Puedo?.- esta vez, el peliblanco se acercó a mi rostro.

Yo solo pude asentir con la cabeza y él bruscamente cerró la distancia con un beso, no fue dulce y delicado como el chico pálido, fue tosco, fue desesperado, fue apasionado y rápidamente había ganado dominio sobre mí.

Mientras tanto el pelinegro no perdió su tiempo y después de quitar mi camisa del camino, sus largos y delgados dedos dibujaron figuras abstractas en mi espalda que me hizo encogerme un poco y sonreír por las cosquillas; escuché como resopló en una sonrisa y continuó jugando con el broche de mi sostén.

Sentí como el peso de mi pecho cayó y fue ahí cuando me di cuenta qué me encontraba desnuda de la cintura hacia arriba y extrañamente, no me sentí cohibida o con ganas de cubrirme; mi corazón estaba acelerado y mi cuerpo ardía como el infierno, pero quería saber hasta dónde podíamos llegar.

- Muy bonito.- el susurró del pelinegro apenas llegó a mis oídos.

Bokuto continuó besándome apasionadamente mientras sus manos inquietas encontraron camino hacia mi pecho y esta vez, no había nada que le impidiera tocar, frotó y sostuvo uno de mis senos entre sus manos; yo tampoco pude quedarme quieta y mi mano subió hacia su entrepierna, sosteniéndola sobre su pantalón.

Witch ! ~Fem!KenmaxReaderxHarem~Where stories live. Discover now