No es lo que parece, dijo el imbécil.
Llegué al instituto lo más rápido que pude, caminé a paso pesado por los pasillos, lo que provocó la mirada de todos los presentes, cuando entré al salón de clases pude ver a mi novio, bueno, ahora ex novio besando a una pelinegra, tomé lo poco y nada que quedaba de mi dignidad y junto con mi furia, la aparté a ella y a él y le di un puñetazo; esto provocó que Adam sobara su mejilla.
-¿Qué haces aquí Hestia?- Preguntó un Adam completamente sorprendido mientras seguía con su mano en la mejilla izquierda.
-Eso ya no importa, pero esto, se acabó.- Escupí esas palabras con todo el odio que sentía hacia él.- Y tú- Dije mientras me acercaba a esa pelinegra.- Que vergüenza me das, pensé que en el siglo XXI las mujeres nos apoyamos y no nos quitamos a los novios.- Sin nada más que decir, salí del salón de clases, con el orgullo y la dignidad por el suelo.
Sentí que una mano me tomó fuerte por la muñeca y me volteó.-No es lo que parece Hestia, dame unos minutos y te lo explico todo.- Dijo el castaño al que en algún día quise, podía ver lo rojo en su mejilla por el golpe, lo que significaba que dejaría un buen moretón, ese detalle me hizo soltar una pequeña risa sarcástica.
-¿Qué me quieres explicar?, el que hayas traicionado cada pequeño gramo de confianza que te tenía o el que hayas estado intercambiando babas con otra, porque de ser así me voy por donde vine.- A estas alturas ya teníamos a todos los ojos encima, algunos se susurraban en el oído y otros solo se mantenían expectantes. Adam no dijo nada y esa fue mi señal para soltarme de su agarre.
-Hestia, por favor- Fue lo último que escuché antes de salir de el instituto.
Mientras caminaba a casa pensé en lo tonta que había sido al creer todas las palabras bonitas, nunca he creído en el amor, pero pensé que con él quizás era diferente, siempre aparentó ser bueno, nunca faltaban los detalles, pero estaba igual de podrido que los demás hombres que conocía. Y para colmo si no hubiera sido por la llamada que recibí, donde me dijeron a que salón específicamente debía ir, quizás aún seguiría engañada.
Llegando a casa me recosté en mi cama y lo único que hice fue llorar, expulsar el sentimiento de rabia y decepción que llevaba acumulado dentro.
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Desperté por el ruido de mi celular, lo saqué de mi bolsillo trasero y contesté la llamada.
-Aló?.
-Tienes dos opciones, quedarte a llorar sola en tu cuarto o abrirle la puerta a tu mejor amiga y llorar con ella, pero viendo películas de romance mientras tomamos helado y nos quejamos porque nada de eso es real.-Dijo una Queen con voz comprensiva pero animosa a la vez, luego de eso escuché el timbre.
Corté la llamada para bajar las escaleras y abrir la puerta.
-Wow querida, te ves horrible, peor de lo que pensé.- Me miró con una cara de disgusto.
-Quizás es porque me a acaban de pedir matrimonio y lloro de felicidad.- Dije con el tono más sarcástico que pudo salir de mi boca.
-Amo tu sarcasmo amiga.- A estas altura ya nos encontrábamos en mi pieza sacando los potes de helado de chocolate de las bolsas y acomodándonos para buscar la película.
-¿Te sientes lista para hablar de lo qué pasó?.- Queen me miraba muy atenta mientras yo me preparaba para recapitular la historia nuevamente.
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-Es un hijo de puta, no te merece, eres mucha mucha mujer para tan poco hombre, tan solo mírate, no hay que tener cuatro demos de frente para darse cuenta de eso.- Dijo mi mejor amiga mientras se llevaba una cucharada de helado a su boca.
-Lo sé, pero no significa que no duela.- Y es verdad, yo sé lo que valgo y no dejaría que ningún hombre me intentase hacer sentir inferior a eso, pero eso no hace que se quite el sentimiento de dolor.
-Te entiendo y no es fácil, pero saldrás adelante, siempre lo haces, a demás no es nada que un poquito de fiestas no pueda ayudar, ya extrañaba salir contigo.- Desde que comencé a salir con Adam, casi no veía a Queen y cuando lo hacía era por cortos minutos o algunas veces en la cafetería en el almuerzo, la verdad es que el lazo de amistad que tenemos con Queen es muy diferente al que conozco, nosotras podríamos dejar de hablar por meses, pero cada una sabe que la otra estará pase el tiempo que pase.
- Así es, pero por ahora no quiero nada, solo quiero sacar el dolor que llevo dentro, pero no el dolor de haber terminado con él, eso no me duele tanto, sino el que me haya hecho quedar como una estúpida delante de los demás, en estos momentos me duele mi orgullo y lo tengo que recuperar.-Dije y al momento se formó una gran sonrisa en mi rostro.- Y creo tener el plan perfecto para eso.
-Ay no, conozco esa sonrisa y esos ojos no brillan por lagrimas, ¿Qué estás planeando amiga?, sea lo que sea, yo digo que sí.
En un momento seguíamos en mi cama y en el otro, nos encontrábamos con Queen en su coche, camino a la casa de Adam, repasamos el plan muchas veces y la oscuridad de la noche era ideal para que todo saliera a la perfección. El único problema que se podía presentar en estos momentos era que Adam nos descubriese, pero vería como resolverlo en el momento.
-¿Lista?- Le pregunté a mi amiga mientras sacábamos los Spray de los asientos traseros y los colocábamos en una mochila, mi hermano tenía muchas de estas cosas hasta que mamá los escondió porque comenzó a sospechar que estaba haciendo grafitis en la calle, cosa que lo podría llevar a la cárcel y por supuesto, ella no estaba dispuesta a eso, por eso los escondió en el ático y yo tuve la suerte de encontrar las bolsas mientras buscaba unas viejas fotos, el mejor hallazgo del mes, bueno, no lo supe hasta ahora.
Con un movimiento de cabeza me hizo saber que sí y nos bajamos del auto, la casa de Adam, no era muy grande, pero tampoco pequeña, era de dos pisos, con un gran y verde jardín por delante y en la parte de atrás el garaje. Caminamos de cuclillas hacía el coche el plan era rayar su hermoso y preciado coche con los sprais que estaban dentro de la mochila, al llegar comenzamos a escuchar ruido y prendieron las luces, miré a Queen con la mejor cara de susto que pude sacar en esos momentos y ella al parecer estaba igual o peor que yo, vimos a Adam salir de la casa con lo que parecía ser un chico. Era un poco más alto que él, de piel muy clara y de pelo negro, pude ver lo marcada que tenía su mandíbula y que su figura tampoco estaba nada mal, llevaba puesta una chaqueta de cuero y se subió a la motocicleta negra que estaba estacionada al lado del coche de Adam y se marchó.
-¿Quién está ahí?- Dijo el castaño y ahora ex novio, prendiendo así la linterna de su celular, en esta situación lo único que podía hacer ahora era actuar.
-Soy yo.- Me paré rápidamente e hice como que estaba buscando algo en el piso, me miró extrañado.-Se me cayó mi celular y lo estaba buscando.
-¿Qué haces aquí?- En su cara podía ver la confusión, si tan solo supieras maldito imbécil.
Sacando mis dotes actorales fingí mi mejor sonrisa y me comencé a acercar a él mientras le hacía una seña con la mano a mi amiga para que siguiera con el plan.
-Pasa que te he extrañado mucho.-Coloqué una mano en hombro y la otra en su pectoral izquierdo.- Y que fui una tonta por no haber querido perder antes mi virginidad contigo.- le di un un beso y bajé a su cuello, cuando sentí que se saboreó la boca supe que lo tenía bajo mis garras.
-Pues entonces entra cariño, va a ser la mejor noche de tu vida.- Le dije a Queen que se apurase porque ni loca perdería la virginidad con este maldito inservible, mi misión ahora es hacer tiempo, mientras ella lleva a cabo el plan.
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Nota de autora: Holaaaa, ¿Cómo están?, comenzamos el primer capítulo con algo de problemas. esta novela la hago con todo el propósito de entretención y obvio ojalá les guste, planeo ir actualizando los días sábados, los horarios se los confirmaré durante esos días.
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Bóreas
Teen Fiction-¿Bóreas?-Dije mientras reía. -Así es, como el maldito dios griego del invierno.-Por la forma en que lo dijo me hizo creer que le han dicho lo mismo a través de toda su vida.- ¿Y el tuyo es?. -Hestia, como...-Me interrumpió antes de terminar. -La di...