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Venganza, dulce venganza

Ya había ido varias veces a la casa de Adam por lo que prácticamente la conocía al revés y al derecho, sus padres nunca estaban en casa, trabajaban mucho, así que la casa era prácticamente de él. Me senté en el sofá mientras lo miraba, Adam era muy guapo, tenía el pelo castaño y unos ojos color miel que hacían conjunto con las pecas de su cara, en cuanto a su figura, era promedio, ni muy marcada, pero tampoco descuidada, aun que no le servía tener una cara y cuerpo de ensueño si sus sentimientos eran de un ser repudiable. 

-Entonces, ¿En qué estábamos?.-Pude ver en sus ojos como me desnudaba, se acercó y me comenzó a besar el cuello, estaba helada, no sabía que hacer, así que me levanté rápidamente y me fui a la cocina a buscar un baso de agua.- Lo que provocó que este animal me quedase mirando con una  cara de "¿Qué mierda?".

Volví a la sala y Adam seguía ahí, pero su rostro ahora no era el mismo de antes, sino de confusión.-¿Estás bien?.

-Es que sólo no entiendo una cosa, hace un rato  me odiabas y ahora quieres tener sexo, cosa que nunca antes habías querido hacer por más que te insistí.-Wow que bipolar es este hombre, quiero aprender de su facilidad para cambiar de emociones, aunque ahora prácticamente a mí me está diciendo bipolar, en fin, hombres.

¿Y ahora que estúpida?, tu entraste en esto debes salir solita, o sea no sola, sola, pero Queen aún no me llamaba y eso me estaba comenzando a preocupar, porque no debería estar dando tantas explicaciones a este hombre.

-Ya te dije, llegué a mi casa y comencé a extrañarte, creo que no es tan necesario dar más explicaciones en cuanto a eso-Tomé un suspiro y nuevamente me comencé a acercar a él.

Agarré la parte del cuello de su camisa y la jalé hacia mí, lo suficiente para que quedar a muy pocos centímetros, comencé a rozar sus labios con los míos, yo sé muy bien como provocarlo, solo falta que él caiga en mi juego y fue justo cuando él me besó, que supe que ya lo tenía en mis manos, bajó por mi cuello y comenzó a depositar besos en aquella área iba lento y sabía lo que hacía, sus manos se posaron en mis pechos, para luego desabrochar el chaleco negro que andaba trayendo y fue justo en este hermoso y preciso momento cuando sonó mi celular, gracias Dios, gracias Queen, me cago en tí  Adam. 

-Debo contestar, puede ser urgente.-Adam hizo un ruido como de berrinche, pero no me importó.

-¿Aló mamá?.

-Donde estás?, Hace rato te estoy enviando mensajes y aún no me contestas, necesito que vengas al tiro a la casa, te espero afuera.

-Okey mamá, ya salgo, no te preocupes, estoy bien, salí un rato-Me aseguré de sonar lo bastante creíble para que en realidad pensara que era mi madre, pero por supuesto era Queen.

-Lo siento pero debo irme, podrías ir a dejarme a la puerta- Debía asegurarme de que saliéramos por el frente, para que aún no viera su coche.

 -Está bien, pero siempre me dejas igual, me calientas y luego no hacemos nada.- En su voz se notaba la molestia, pero es solo el principio, ni te imaginas la sorpresa que te espera. 

-Ay amor, para la otra vez será.

Tomé mis cosas y comencé a caminar para la salida, le di un muy largo beso y antes de soltarlo le mordí el labio y caminé hacia el auto de Queen.

-Por fin, ese ya me estaba quitando la ropa y no sabía nada de ti.

-Pues yo nunca planee que te las fueras a dar de prostituta amiga , pero te felicito, ya que gracias a eso el plan salió de maravilla, observa.- Me pasó su celular, comencé a pasar las fotos y cada una era mejor que la otra, en ellas podía ver el coche de Adam completamente rayado, diciendo desde infiel, hasta hijo de puta, me reí al ver una selfie de Queen con el vehículo.

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