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Una hora había transcurrido desde que puso su plan de investigación en curso y lastimosamente no llegó a nada. Sería más difícil de que lo creyó, pues, investigar quién es el responsable de las notas sin revelar tanto detalle no hace la tarea más sencilla.

Conforme avanzó el día, Levi se vió más y más cerca entre la espada y pared, acorralado, con todas sus opciones siendo agotadas. La tarea de observar atentamente su entorno no estaba resultando, y como no podía hacer preguntas sin levantar sospechas o ser obvio, sus nervios comenzaron a aflorar más rápido. De cualquier modo, saber si el autor va mandar una nota o no, imposible.

Hasta el momento no ha recibido ninguna otra nota aparte de las que ya recibió, por lo que tenía una pequeña oportunidad de quizás poder atrapar a la persona responsable en el acto. Solo eso le quedaba.

De todos los sospechosos en su lista, ninguno parece encajar con las pistas con las que cuenta.

Pista 1: Tiene acceso a su oficina, por tanto ha estado ahí varias veces.

Pista 2: Ha estado en los mismos lugares donde él ha estado.

Pista 3: Se trata de una mujer.

Y ahora que lo analiza detenidamente, ninguna pista lo llevaba algún lado. Todo parece un laberinto sin salida.

Entonces... ¿Qué prosigue? ¿Qué debería hacer? ¿Cómo resolver el misterio?

Ante este dilema, torturar e interrogar a enemigos peligros para sacarles información es tarea sencilla que este misterio enredado. Levi comenzó sentirse estúpido porque un pequeño misterio le esta dejando en jaque, maldecía al trabajo extra y le falta de sueño. Si no fuera por eso, habría resuelto todo en menos de cinco minutos.

Aunque tampoco era como sí no tuviera ideas o métodos que utilizar. Es solo que, no quería armar alboroto innecesario y meterse en un lío muy grande.

Volvió a repasar la lista de sospechosos y por más que trataba de descartar a las principales sospechosas del asunto, no lo conseguía. El simple hecho que cualquiera de ellas podría ser la responsable es el detalle que lo separa de resolver el misterio. Levi trae las notas consigo pero ni ellas le ayudaban, apesar de estar escritas a mano no conocía la caligrafía de quiénes sospecha y no podía sacar otra pista de ellas.

Lastimosamente, toda la investigación vuelve al inicio.

Derrotado se encaminó de regreso a su oficina para continuar con el papeleo; que seguramente, Erwin ya le ha mandado, molesto consigo mismo por no resolver un simple misterio, aparentemente pequeño. No pido evitar sentir frustrado, un inútil, no es para tanto pero aún así, su orgullo como capitán y el hombre más fuerte e inteligente salieron afectados.

Soltó un suspiro de cansancio dejándose caer en el respaldo de su silla, mirando la corta pila de papeles, todos reportes de patrullaje del día sobre su escritorio, esperando ser revisados y sellados cuando él esté listo. No lo había notado hasta el momento el olor a té negro recién preparado inundaba sus fosas nasales, le extrañó ver la taza servida aún lado esperando por él ya que ni siquiera tuvo tiempo de preparar el té por andar investigando y atendiendo asuntos que la teniente Zöe no quiso hacer.

Y por supuesto, la taza no está sola. Viene con su cereza del pastel.

Nota #14:

Solo con existir me haces feliz.
*Pronto sabrás sobre mí.

Notas Para El Capitán | RivaMikaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora