MIRROR

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"...𝚂𝚑𝚒𝚗𝚒𝚗' 𝙹𝚞𝚜𝚝 𝙵𝚘𝚛 𝚈𝚘𝚞..."

La abuela conocía muy bien los gustos de tu hermano y, mientras cenaban en un incómodo silencio donde solo escuchaban los cubiertos y al ruidoso de Johnny masticar, solo podías preguntarte cuándo fue la última vez que ella había cocinado para ti. Se dice por ahí, sobretodo en los grupos religiosos de tu abuela, que la envidia era un pecado pero ¿Eras pecadora al envidiar un amor que solo habías podido ver a través de una experiencia ajena? Por lo general veías las acciones que ella tenía hacia tu hermano y siempre añoraste aquello que nunca tuviste ¿Eso te hacía mala persona? ¿Estaba mal despreciar a tu familia que solo estaba ahí porque era de tu sangre? Si era así, no sentías ninguna pizca de culpa pero... ¿Entendías?

La abuela era, como muchas personas de su edad, de la vieja escuela. Estaba prácticamente entrenada para comprender que "el varón era superior en todos los aspectos" y sabías que ella lo había aprendido de una manera mucho más cruel y dura de la que había tratado de implementar contigo para enseñarte. Y de solo pensar por lo que tuvo que pasar, te daban escalofríos. Tú pudiste llegar a alzarle la voz de pequeña y recibías una bofetada o algún objeto volador chocando contra tu cabeza, ¿Pero ella? Habías escuchado a tu madre hablar de eso.

La bisabuela no solo molía a palos a su hija, si no que se dedicaba a humillarla por ser quien era y para tu sorpresa tu abuela era de mente revolucionaria para su época. Te entristecía pensar en que la chispa antisistema que tuvo de joven se extinguió.

Ash pero ¿Tenías que pagar los pecados de la bisabuela? Algo debiste haber hecho en tu vida pasada.

Por azares del destino, tu padre, a quien no conociste más que por las maravillosas anécdotas de su madre, terminó en un viaje al tercer mundo, como solía decir tu abuela, donde conoció a tu muy distinta madre, al menos para lo que él conocía: un hombre blanco que vivía en su burbuja. Tu familia materna no era precisamente pobre pero los lujos no eran una opción.

Ahí fue dónde el decidió quedarse unos años al cometer el error de embarazar a tu mamá no una, sino dos veces. Suponías que en un momento tu padre se dio cuenta de que sus hijos eran una verdadera carga y... Bueno, solo recordabas un poco su cara. Por chismes de la familia te enteraste muy joven que, tu ahora fallecido abuelo había perdido gran parte de su fortuna en su adicción de apostar y entonces eso bastó para que tú mamá decidiera que sería bonito "visitar" a la abuela Reachel.

Diez años después aquí estabas, siendo una maraña de traumas, ansiedad, depresión e ira acumulada, que irónica era la vida ¿No?

Con un suspiro recogiste y lavaste tu plato y cubiertos y apuraste el paso para llegar a la segunda planta, ignorando los gritos que venían de la cocina. Ellos no insistieron porque, siendo honesta, ni te necesitaban ni te extrañaban ahí. Suspiraste tranquila cuando llegaste a tu santuario, tu habitación. Cerraste la puerta con seguro, como era común.

***

Molesto era poco para describir su sentir. No era usual que explotara en ira pero cuando lo hacía era mejor no estar cerca.

¿Cómo habías podido tratarlo así? Después de años de amistad nunca le habías presentado a tu familia ni habías hablado ni un poco de ellos y siempre te había dado tu espacio y respetado tu desición de no hablar de ello. Ahora que tenía la oportunidad de conocer un poco más de ti lo habías tratado como un simple amigo. Bueno, eso era, pero para él era más que eso.

TODO POR UN BESO (JASON TODD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora