La tecla Enviar es como el gatillo de un revólver.
Nunca se llegó a saber quién la presionó. Fueron todos. No fue ninguno.
Se habían reunido en casa de SeokJin aprovechando que sus padres tenían la boda de una prima y llegarían de la fiesta al día siguiente.
Yugyeom, Mark, SeokJin y JungKook habían logrado, al fin, juntarse en una noche de pijamas para chicos. Llevaban tiempo planificándolo pero siempre había un impedimento: un resfrío inesperado, un examen, una fiesta o un castigo.
Llegado el día, tomaron como pretexto la celebración de los 16 años que todos habían cumplido entre septiembre y diciembre. El programa no era demasiad creativo: pijamas, bolsas de dormir, cepillos de dientes, celulares y una botella de vodka que Yugyeom sacó, sigilosamente, de su casa.
La idea original había sido pasar la noche en una carpa, en el jardin, pero el clima no siempre está de lado de los buenos planes, y esa noche cayó un aguacero tan fuerte que la carpa naufragó como el Titanic.
A las diez de la noche, tumbados en la alfombra de la habitación, los cuatro amigos hablaban de sus asuntos y se reían de casi cualquier cosa.
SeokJin sacó de su mochila una libreta y propuso llenar sus páginas con ciertas confesiones que volverían a leer un año más tarde. Tendría gracia revisar doce meses después cuánto de aquello permanecía en sus vidas.
— Por ejemplo —dijo SeokJin para convencerlos—, cada uno va a nombrar a tres chicos guapos del colegio. A ver si dentro de un año siguen siendo guapos y no les han salido granos o no les ha crecido la nariz.
— ¿Tres chicos guapos? —preguntó irónico Mark—. Lo estás poniendo difícil, en nuestro colegio con suerte llegamos a un guapo y medio.
— Sí —añadió Yugyeom—, quizá deberias modificar la categoria: "Enumera a tres chicos que no asusten" o "Enumera a tres chicos del colegio que no pertenecen a la familia de los insectos".
Las páginas comenzaron a llenarse entre risas casi infantiles: ¿Quién es el más guapo (o el menos feo)? ¿A quién le darías un beso que lo deje sin aire? ¿A quién le dejarías sin aire... pero sin el beso? ¿Quién se merece una liposucción en el cerebro? ¿Con quién te escaparías a una isla desierta? ¿A quién abandonarías en esa isla desierta? Si fueras un fantasma, ¿A qué profesor te le aparecerías en el asiento trasero de su auto? ¿A qué chico del colegio le donarías la parte de tu cuerpo que más odias?
Entre todos, JungKook era el más silencioso.
Tenía el rostro de un niño, con pecas en la nariz. Llevaba el cabello largo y rizado, atado con una coleta. Todo en él era sutil. Parecía que se relacionaba con el mundo de puntillas, sin aspavientos.
Sus amigos lo animaban a que venciera esa timidez, y entre bromas le advertían de todas las calamidades que le caerían encima si no se soltaba un poco: "Está científicamente comprobado que los tímidos viven quince años menos que el resto". "Según estudios realizados en Harvard, si a los 16 años no has vencido la timidez tienes un altísimo riesgo de volverte peludo". "Dos de cada tres tímidos se casan con políticos".
Ante esto JungKook solo sonreía y prometía a sus amigos: un día de estos les doy la sorpresa.
Entre todos, el más atrevido era Mark, que siempre parecía estar a punto de comerse el mundo de un solo bocado. En medio de la reunión Mark desafió a JungKook para que le respondiera una pregunta personal. Lo miró con cierta malicia y le dijo:
— Koo, todos sabemos que a ti te gusta HoSeok, ¿Estarías dispuesto a enviarle una foto provocativa?
JungKook movió la cabeza, sorprendido con la pregunta.
ESTÁS LEYENDO
La lluvia sabe por qué •[TaeKook]•
FanfictionDurante una inocente reunión, JungKook se convierte en el blanco de una broma pesada; sus amigos lo fotografían con el celular mientras él se cambia de ropa y alguien presiona entre risas la tecla "Enviar". La imagen corre como pólvora y el escándal...