— Claro que me enamoré una vez, pero me equivoqué —le respondió TaeHyung a su primo YoonGi, cuando una noche retomaron la charla abandonada tras el incidente del cojinazo.
— ¿En qué te equivocaste? —preguntó Yoon con curiosidad, sentado en su cama.
— Hace unos meses me enamoré del chico más lindo del colegio.
— ¿Y? Lo raro habría sido que te hubieras enamorado justo del que tenía tres ojos, ¿no? O del más peludo.
— No seas burro, YoonGi, me refiero a que cuando te enamoras del más lindo tienes demasiada competencia y conquistarlo es tan sencillo como subir al Himalaya.
— ¿Y qué pasó?
— ¡Nada! No llegué ni a octavos de final.
— ¿Por qué?
— Porque con tanta competencia, entre los interesados siempre hay uno que es más guapo, uno es más simpático, uno que es más inteligente, uno que baila mejor, uno que escribe poemas de amor...
— ¿Y tú para qué eres bueno?
TaeHyung se quedó pensando durante unos segundos y entonces dijo:
— No lo sé... creo que para nada.
— ¡Bien! ¡Por primera vez estamos de acuerdo en algo! Eres un bueno para nada.
— ¡Calla, basura! Pero... en realidad creo que no soy bueno para nada.
— Ya, ya, Cenicienta, deja de sufrir. Tiene que haber algo... ¡Ya sé! ¡Eres bueno para nadar!
— Sí, pero no creo que estar en el agua con una gorra de látex y lentes de marciano sea algo que enloquezca a los chicos.
— Sí, en eso tienes razón. A veeeer... iya sé! ¡Eres bueno para el choripán, te quedan rebuenísimos!
— ¡Me estás deprimiendo, YoonGi!
— ¡¿Por qué?! Hace un momento tenías la autoestima de un gusano y ahora ya te he ayudado a encontrar dos cosas que haces bien: nadar y choripanes.
— A ver, YoonGi, ¿Te imaginas al chico más lindo del colegio confesándole a su mejor amiga que el hombre de sus sueños tiene que ser lindo, simpático, fiel y debe hacer buenos choripanes?
YoonGi se quedó pensando por unos segundos y luego respondió:
— Tienes razón, TaeHyung. O cambias los choripanes por una buena colonia, y la natación por una cirugía estética... o estás condenado a estar más solo que la una. Aunque...
— ¿Qué?
— Creo que hay algo que sabes hacer muy bien.
— ¡Si me dices alguna babosada te arranco los pelos de la nariz!
— No, no, hablo en serio, Tae, creo que eres bueno para escuchar. Me escuchas a mí, escuchas a mi mamá cuando habla de lo maravilloso que es mi papá, y escuchas a mi papá cuando habla de lo maravilloso que es él y solamente él.
— Ah, soy bueno para escuchar. ¡Chicos, ya me pueden llamar "el Orejas de oro"! ¡Qué partidazo soy!
— ¡Qué tonto eres, TaeHyung! A los chicos les encanta que les escuchen sus conversaciones aburridas. El hombre que triunfa con sus conquistas es el que sabe usar bien sus orejas.
— Claro, supongo que lo dices desde tu vasta experiencia de galán... Considerando que la única chica a la que has besado es la del afiche de cerveza que está pegado en la puerta del armario.
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La lluvia sabe por qué •[TaeKook]•
FanfictionDurante una inocente reunión, JungKook se convierte en el blanco de una broma pesada; sus amigos lo fotografían con el celular mientras él se cambia de ropa y alguien presiona entre risas la tecla "Enviar". La imagen corre como pólvora y el escándal...