II

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Narra Sesshomaru.

Aquí todos los demonios tienen a su destinado u omega, todos estamos conformados por alfa, beta y omega, tanto como varón y hembra hay, para poder encontrar a nuestro destinado hay que esperar a la época de apariamiento para que como nuestro alfa, beta o omega baya a buscarlo, ese celo llega cuando cumple los 100 años, eso es para los demonios de pura sangre, para los demonios comunes u hanyôs es cuando cumplen sus 50 años o menos, los demonios completos si sienten sus necesidades antes de los 100 años es por que su omega esta con vida o cerca cuando se pasa más de los 100 años el celo se ba acomulamdo, si no tiene a su omega u todavía no a llegado a la vida, el celo se acumula más asta los 150 años hay un límite donde aquella furia del alfa al no encontrar su omega entra en desesperación, al igual el omega o beta, si al fin lo encuentra el alfa u omega a su pareja le da un fuerte celo, celo que hace más obsesivo al alfa ya que piensa que aquella pareja que busco por años puede irse, le da un profundo mido a perderlo, la quiere tener desesperadamente en sus brazos, no importa que, el alfa tiene que oler su olor, si no cae en desesperación.

La marca, es como tanto alfas y omegas lo pueden hacer a su pareja, según tanto sea aquel sentimiento la marca no se borra, es un signo de lazo de que aquella o aquel chic@ tiene dueño.

Los alfas pueden tener más de un omega, y más común es los del reino o la alta sociedad, pero sólo uno de esos tantos omegas es su destinado y que permanecerá en todo por aquella Unión.

...

Solo se podía escuchar la leves brisas de viento y ojas caer mientras un hombre flotaba sobre los árboles, el hombre se le alzaba el cabellos color blanco y la brisa del aire tenía el deleite de acariciar su rostro que tenía varias marcas la que más llamaba la atención era aquella luna de vestimenta  llevaba un traje blanco con una armadura y una gran pelusa blanca que cubría uno de sus brazos.

Sesshomaru Ya iba de regreso a su Palacio. Hace 5 años no iba a su hogar, había estado 5 años en Aquella guerra, aquella que fue ganada con ayuda de los lobos quienes hace unos minutos se habían separado para ir a sus residencias.

Sesshomaru bajo con delicadeza, para luego caminar unos segundos y llegar á su Palacio, el peliblanco iba caminando por todos los pasillos para reencontrarse con aquella mujer, al llegar á la habitación donde se suponía debía estar pudo ver que estaba vacío así que se decidió mejor ir a su habitación, agradecía que no se encontrase la mujer así no tenía que oir aquel sermón que no extrañaba en esos 5 años que no estuvo.

Pero para su desgracia hay estaba la persona que no ansiaba ver, se veía tan alegre ya la conocía como era aquella mujer, la omega se dio cuenta al instante de aquel peliblanco mayor.

Irazue, la mujer llevaba un kimono blanco con algunas flores rojas, se podía ver como se acercaba que dando frente del más alto.

- hijo, al fin llegas, cuanto hace que llegaste? - pregunto la Mujer aún con el semblante serio, el hombre sólo la miro a los ojos, parecía como si hubiera estado en un lugar sucio.

- si, hace unos minutos, no te encontré en tu habitación así que decidí ir a la mía - respondio el yokai dándole un beso a su madre en la mano.- ¿Como haz estado?- la mujer alijero una sonrisa y respondió

- muy bien hijo y dime, ¿Encontraste a tu destinada?, ¿Alguna de esas yokai te atrajo?- pregunto la mujer quien lo vio con algo de seriedad esperando una respuesta positiva, pero al final no fue así. Si, esos 5 años la mujer había enviado varías yokai a aquella dicha guerra cuando era época de apareamiento a él no le afectaba mucho, él lo podía controlar a pesar de no tener aquella necesidad de aparearse con alguien siempre lo hacía ¿Por diversión tal vez?, todas aquellas mujeres que le llevo su madre eran yokai que pertenecían a la realeza u nobles de pura sangre.

Mentiras~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora