"ɛʟʟa ɛs ċօʍօ sɛ ʋɛʀía ɛʟ ʄʊɛɢօ,
sɨ ɛʟ ʄʊɛɢօ ʄʊɛʀa ʊռa ʍʊʝɛʀ."Nos abrimos paso por esta ciudad con habitantes escondidos y sobreviviendo, desde las nubes y en medio del estremecedor viento que me hace titiritar, puedo ver un mundo a oscuras, apagado por quienes dicen ser puros. Alcanzo a percibir la desesperación de quienes intentan sobrevivir, en algunos encerrados puntos de la ciudad distingo fuego, ya sea porque se atacan unos a otros o porque se enfrentan al frio de la noche.
Los brazos de Belial me sujetan con fuerza, con tanta que me hace sentir protegida, casi como si aún fuera esa niña de siete años que fue molestada por los otros niños al punto de hacerla llorar mientras se refugiaba en estos mismos brazos. No puedo evitar la nostalgia, miles de escenarios vividos con Belial estos últimos catorce años se aglomeran en mi cabeza; estoy lo suficientemente feliz de estar con el que no me resisto a abrazarlo, aunque sea un poco difícil por lo fuerte que golpea el viento. Lo abrazo con fuerza, casi de la misma forma en la que él me tiene de la cintura, y si como si aún fuera posible, noto que me pega más a él. Escondo mi rostro en su cuello y aprovecho para tomar un respiro.
—¿Sucede algo? —sus labios rozan mi cuello cuando lo dice. Aquí arriba es un poco difícil de escucharnos, por lo que solo meneo la cabeza y cierro los ojos—. Ya casi llegamos.
Ignoro lo que dice y me limito a asegurarme de no despegarme ni un centímetro de él ni de lo acogedor y cálidos que son su brazos y pecho; es casi como si estuviera en casa.
Pasan los minutos y el aire ahora nos golpea por abajo, lentamente abro los ojos y parpadeo hasta poder enfocar mi vista. Aterriza sobre el concreto y me suelta. Curioseo en mi alrededor y me encuentro con que aterrizo en el centro de un edificio antiguo, no puedo ver mucho por la oscuridad, sin embargo, sobresale la estructura de piedra dorada y gastada. Miro al cielo y diviso por poco lo alto que están las paredes que nos rodean.
—¿Qué es este lugar? —lo cuestiono.
Escucho un golpe contra el viento y a mis pies aterriza Leviathan y Luzbel, el primero cargando las alas de Satanás.
—Me sorprende que no lo reconozcas, bella Everly. Es el Anfiteatro Flavio, mejor conocido como el coliseo romano —extendió sus brazos con una sonrisa y dio una vuelta sobre sus propios pies.
Vuelve a quedar frente a mí y siguiendo su mirada me percato que mira encima de mi hombro, justo detrás de mí.
—Me parece que no soy el único que necesita ayuda.
Rápidamente me giro a Belial, y aprecio el momento en el que se desploma a pocos pasos de mí, a mis oídos llegan dos golpes secos, el de Belial al tocar el piso y otro a mis espaldas. No alcanzo a mirar atrás cuando ya estoy corriendo a Belial.
—Maldición, Luzbel —exclama Leviathan.
—¿Qué les sucede? —pregunto casi en pánico. Tiro mis rodillas al suelo y comienzo a inspeccionarlo.
Recorro con la vista cada centímetro de él, tomando en cuenta que su piel está muy pálida y lo caliente que esta su cuerpo, casi como si estuviéramos muy cerca de un gran incendio. Para mi sorpresa salen sus alas de su espalda y me encuentro con un gran problema.
—Entraron al Vaticano y estas son las consecuencias.
Estiro mi brazo a su ala, la cual está gravemente quemada y, como si fuera una infección poco a poco se quema una pluma más.
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ARMAGEDON: Ángeles vs Demonios
Siêu nhiênCONTINUACIÓN DE FALL TO HELL • • • Ángeles destruyendo la tierra, demonios al mando de Lilith, millones de vidas humanas intentando sobrevivir. ⛤ ⛤ ⛤ La novena plaga llegó a la tierra y el mundo quedó en la oscuridad absoluta e ine...