Tenga para que se entretenga

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Estimado señor : Le envío junto con estas líneas el informe confidencial que me solicitó.
Espero que lo encuentre de su entera satisfacción.
En espera de sus noticias, me es grato saludarle y ponerme a su disposición como afmo y ss.
                                                                                                   Ernesto Domínguez Punga
                                                                                                                Detective privado
Informe confidencial
El 9 de Agosto de 1943 la señor Olga Martinez de Andrade y su hijo de 6 años Rafael Andrade Martínez, salieron de su casa . Iban a almorzar con doña Caridad Acevedo viuda de Martínez en su domicilio .
Ese día descansaba el chofer .El niño no quiso viajar en taxi: le pareció aventura ir como los pobres en tranvía y autobús. Se adelantaron a la cita y la señora Olga se le ocurrió pasear a Rafael por el Bosque cercano de Chapultepec.
Llamo la atención de Olga un detalle hoy mismo , tantos años después , pasa inadvertido a los transeúntes : los árboles de ese lugar tienen formas extrañas , se hallan como aplastados por un peso invisible.
El niño estaba cansado y se tendió e el piso de espaldas. Su madre tomó Asiento en el tronco de aquellos árboles que , si me permite decirlo , calificaré de como sobrenaturales . Después de barios minutos Olga saco su reloj , se lo acercó a los ojos , vio que eran las 2 de la tarde y debían irse a casa de la abuela. Rafael suplico que lo dejara un rato más. La señora aceptó de mala gana.
Ala hora del almuerzo el Bosque había quedado desierto. No se escuchaba rumor de automóviles en las calzadas ni trajín de lanchas en el lago. Rafael se entretenía en obstaculizar con una ramita el paso de un caracol. En ese instante se abrió un rectángulo de madera oculto bajo la hierba rala del cerro y apreció un hombre le dijo a Rafael :
—Déjalo . No lo molestes .Los caracoles no hacen daño y conocen el reino de los muertos.
El hombre salió del subterráneo, fue hacia Olga y le dio un periódico doblado y una rosa con un alfiler :
— Tenga para que se entretenga.Tenga para que se la prenda.
Olga le dió las gracias, extrañada por la aparición del hombre y la amabilidad de sus palabras . Lo creyó un vigilante , un guardián del Castillo, y de momento no reparó en su vocabulario ni el olor a humedad que se desprendía de su cuerpo y su ropa. Mientras tanto Rafael se había acercado al desconocido y le preguntaba :
—¿ahí vives?—
—No , más abajo, más adentro — contestó el hombre
— ¿y no tienes frío? — agrego Rafael
—La tierra en su interior está caliente
— Llévame a conocer tu casa.mamá,¿me das permiso?— agregó Rafael
— Niño, no lo molestes . Dale grasias al señor y vámonos ya — contesto Olga
— señora , permítale asomarse. No. Lo deje con la curiosidad— contesto el hombre
— pero,Rafaelito , ese túnel debe de estar muy obscuro.¿no te da miedo?— pregunto Olga
— No,mamá

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