capitulo 18

358 29 0
                                    

"Los hijos de puta siempre te disparan de noche, cuando lo único que hay es un médico de guardia novato con un cerebro somnoliento."

Carlito Brigante.

Tres días después.

-¡Si os odio a ambos! ¡Maldigo el día en que nacieron y me destrozaron! - comento con odio, podía observar las venas que salían de su frente y ahí me encontré con alguien que nunca había conocido, toda la vida, pero este no, me negaba, fue como una patada en el culo, nunca nos llevamos bien, pero aún así lo llegué a admirar.

Y entonces........
[....}

Tres días antes.

Ya habían pasado aproximadamente siete días desde aquel acontecimiento que no me gustaría contar.

¿Qué paso en todo este tiempo? Bueno pasaron muchas cosas locas, pero todo a su paso, después de que Aegan me rescatará, ellos me llevaron al hospital, ya que llevaba más de 48 horas sin comer.

Mis heridas se ven menos feas que al comienzo, y los que me hicieron esto, bueno algunos ya no estaban para contar la historia.

Es muy sádico lo sé, pero era eso o ellos.

Aegan, a él ya no lo veía como aquel hombre antipático, sin corazón, inhumano, que me demostró al comienzo, tal vez Artie tenía razón el decir de que el no era como se mostraba, el tenía un muro, que construyó todo este tiempo.

Algo en mi tenía ganas de pasar a través de el, pero aún así, tenía temor, no de el, si no de volver a amar y que el me destruya de nuevo.

Después recordé, que ya han pasado más de noventa días, el ya no tenía ningún compromiso conmigo, aún así estuvo pendiente de mi, me cuido, cuando no debió hacerlo.

Y cada vez me quemaba más en el infierno, porque vine para joderles, no para enamorarme.

Y no quería seguir el plan, ¡A la mierda ese maldito plan!

Me encontraba cocinado algo, estaba sola, pues tenía hambre y no me apetecía salir, tenía planeado hacer lasaña.

Estaba cortando algunas verduras cuando siento unos fuertes brazos que me abrazaban, supuse que era Aegan por su dulce aroma.

-¿Estás cocinando?

Me volteo librándome de su agarre.

-No mira estaba haciéndote un amarre.

-Sabía que estabas obsesionada conmigo.

-Por Dios, no te alabes tanto- dije volteando los ojos.

-¿Te ayudo?

-A estorbar no gracias.

Me observa mirando cada movimiento que hago, como si me estuviera analizando.

-¡Por Dios no me mires!

-¿Cuándo cocinas?

-¡Exacto! Me pones nerviosa.

Mal momento para hacer ese comentario, el se acerca lentamente, como león cuando va a cazar a su presa. Pero ¿Por qué me quedé quieta? Se supone que tengo el control todo el tiempo, ¿Por qué no me puedo mover?

-¿Te pongo nerviosa verdad cielo?

-Puaj ya hablo este.

-Eso no fue lo que dijiste hace un momento.

Coloco su mano en mi cadera y sin dejarlo me beso, fue un beso candente, sensual, de esos que te llevan al extremo en un santiamén, yo cedo por un momento, pero vuelvo a tener el control, nuestras lenguas batallaban para ganar, y como soy una gangster en esto, gane yo.

Tu el rey del MUNDO, yo la del UNIVERSO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora