Hwang empezó a despertar, abriendo sus ojos de poco en poco mientras estiraba todas sus extremidades, la alarma aún no sonaba, pero tantos años despertándose a la misma hora, ya se había vuelto costumbre.
Volteó hacia un lado y pudo apreciar la hermosa imagen que le regalaba su pareja mientras dormía, su pecho subía y bajaba mientras respiraba, parecía estar en un gran sueño.
Una sonrisa escapó de sus labios, se sentía la persona más afortunada del mundo, jamás en el pasado se había imaginado despertar con alguien a su lado, y menos si esa persona era el amor de su vida.
Se acercó un poco al rostro del menor y le dio un suave beso en sus labios, separándose y empezándose a levantar lentamente para no despertarlo.
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el pelinegro terminó de lavarse los dientes después de haber desayunado y se dispuso a acercarse a la entrada de su departamento, tomando su maletín y su bata, ya estaba listo para irse a trabajar.
Volteó un momento hacia el pasillo que se dirigía hacia las habitaciones, parecía que Felix aún no se despertaba.
Abrió la puerta, salió, y empezó a cerrarla lentamente, no quería hacer mucho ruido. Después de que puso el seguro a la puerta, se dispuso a irse tranquilamente.
Esta vez no pudo despedirse de Felix para irse al trabajo, pero le había dejado el almuerzo echo para cuando despertara, dejándole una pequeña nota junto a ella en la barra de la cocina.
Amor, Perdóname por no despertarte, te veías tan hermoso dormido que no pude hacerlo, además de que dormiste muy tarde por hacer tus trabajos para la universidad, necesitabas descansar. Pero no te preocupes, aquí está el almuerzo, también te prepare un vaso de leche con chocolate, como te gusta; esta en el refri, se que te gusta frío. Bueno, ten un lindo día, cualquier cosa, no dudes en llamarme o ve a pedir ayuda con algún vecino. Nos vemos más tarde.
