*Capitulo 2*

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-Dios mío,dame fuerzas para levantarme de la cama, esa alarma va a romper mis tímpanos- levantándome poco a poco como las viejitas, apago la alarma que está en la otra parte de la habitación. La puse lejos para obligarme a mi misma a levantarme, pero que castigo.

Como me había levantado un poco más tarde de lo habitual, mi papá ya se había ido. Pero vi que me dejó una nota en la puerta:

<<Eva recuerda que hoy vienen los vecinos nuevos, saludalos y dales la bienvenida>>

Tomo mi vaso de leche de la cocina y me lo bebo de un solo sorbo, de verdad que hoy me levanté con mucha hambre.

Cuando estoy subiendo las escaleras hacia mi habitación, escucho unos gritos en la casa de al lado. Vaya, primer día y ya están haciendo escándalos. No es que sea chismosa, pero me entró un poquito de curiosidad, así que fui a un lugar que pudiera escuchar un poquito de la conversación; ustedes también lo harían no me juzguen.

-Evie tu fuiste la de la maravillosa idea de mudarnos-.

-Yo por lo menos tuve una idea, tu no hiciste nada por nuestra familia, aunque no te parezca maravillosa mi idea tenemos que acostumbrarnos a ella-.

-Evie es que eres...-.

-Paren de pelear por favor, papá, mamá tiene razón de alguna manera teníamos que pagar esa deuda-.

Oh, deudas, mudanza, contradicciones familiares, parece que los vecinos nuevos no van resultar tan buenos como lo esperábamos. Dios mío, no acabo de aprender lo que me dice mi abuela cada vez que me ve, ese defecto mío de juzgar a las personas antes de conocerlas.

De todas maneras cuando termine de vestirme voy a darles la bienvenida. No piensen mal, no quiero saber más de lo que escuché, para mí con que no me despierten con esas discusiones todos lo días, fantástico.

Termino de arreglarme y me dirijo a la casa de los nuevos.

Toco el timbre, una voz femenina me responde desde el interior -Un momento por favor- Se demoró un poco la verdad, pero por fin abrió la puerta.

-Buenos días- le digo con mi mejor sonrisa. Me abrió una mujer de unos cuarenta años muy bien vestida, con facciones perfectas y aspecto fino y educado.

-Buenos días ¿En que puedo ayudarte?- Me dijo con un tono prepotente y me miró de arriba a abajo, como si ella fuera más importante que yo, juro que ya me está desagradando.

-Soy la vecina de al lado y quiero darles la bienvenida al barrio- le digo con fingido entusiasmo.

-Muchas gracias, pero me tengo que ir porque estamos muy ocupados ordenando todo- me dijo apresurada

-De todas maneras que tenga un...- antes de que pudiese decir nada, me cerró la puerta en cara ¿Pero que se cree esa mujer? Me entraron unas ganas de estrangularla, Dios líbrame de todo pecado.

Sabía que esto había sido una mala idea, pero siempre está mi curiosidad por delante de mí racionalidad.

Por fin llegó la hora de irme al colegio, a ver si podía quitarme de la cabeza la tan ridícula escena de hoy por la mañana.

Ya está Sofía reclamando por mi tardanza -Eva, apresúrate, el sol está picante, el día que salgas de esa casa rápido, habré presenciado un milagro- Sonrio a su comentario y me incorporo.

-Ya veras como mañana voy a ser yo la que te esté esperando-.

No estábamos hablando de nada. Así que decidí romper el silencio.

-Sabes lo que me pasó hoy-.

-Claramente no- sonreímos y comienzo a contarle.

-Pues Luis Manuel se mudó y...- me interrumpe.

-¿Luis Manuel se mudó?- me pregunta sorprendida.

-Si se mudó, pero no me interrumpas para contarte-asintió, mientras sacaba su botella de agua para beber de ella -Bueno, los vecinos nuevos ya no me agradan mucho, mira, fui a su casa a darles la bienvenida y una vieja me abrió y me observó detalladamente de arriba a abajo, como si fuera más importante que yo y me preguntó con tono prepotente "¿En que puedo ayudarte?" Y además de todo eso me cerró la puerta en la cara.

Me miró -¿Y que más?-.

-Bueno más nada-.

-En serio eres exagerada- reímos, -A lo mejor de verdad estaba ocupada, no te tomes tan apecho la actitud de los demás, a lo mejor no tenía un buen día, muchas cosas le pueden haber pasado. Pero conciéndote como te conozco, sé que tienes ganas de estragunlarla-yo asentí

-Me sorprende que me conozcas tan bien- soltamos una carcajada y viendo que nos quedaba solo una calle para entrar a la escuela, desapareció todo rastro de alegría.

Mi buena onda, mi buen rollo, mi buen humor, todo se esfumó cuando escuché la voz de la directora invitándonos a pasar al colegio.

-Buenas tardes- dijimos al unísono.

-Buenas tardes, solo les aviso que llegaron 10 minutos tarde y procuren que no haya una próxima vez- nos dijo con tono amenazante.

-Esta bien directora, no habrá una segunda vez- le respondí y seguimos caminando.

Cuando estuvimos lo bastante lejos para que no nos oyera, comenzamos a reír.

-No hay quien la soporte- comentó Sofía.

-No puedo decir lo contrario- entre risas nos encaminamos hacia nuestros salones de clases.

Al llegar aprecié que la profesora ya estaba impartiendo la clase y me incorporé pasando desapercibida, no quise mandarle una nota a Laura porque la vi enfocada en la clase. También me concentré en la clase ya que era de Biología, mi asignatura preferida.

Cuando se acabó la clase, fui rápidamente al puesto de Laura para contarle brevemente lo que me había pasado. Le dediqué una mirada intimidante a Ernesto, el compañero de mesa de Laura.

-Ya se lo que me vas a decir, te advierto que solo te cedo mi puesto por unos minutos- me dice el levantándose y marchándose a molestar a todo el que se le pasara por delante. Laura me mira y soltó una carcajada estrepitosa que resonó por toda el aula, pero por suerte todos estaban metidos en su mundo y no se dieron cuenta.

-No puedes intimidar de esa manera a mis compañeros de mesa, un día le vas a salir una pesadilla- nos reímos y procedo a contarle toda la historia de los nuevos vecinos. Cuando termino de contarle toda la historia me mira con cara de, que aburrido.

-En parte el cuento muy bueno, mucho chisme, pero pasaste por alto un detalle, tienen un hijo ¿Lo viste?- estoy segura de que de todo lo que le conté solo entendió esa parte.

-Si, es verdad que tienen un hijo, pero lo más seguro es que sea como la madre, así que no hay porque darle tanta importancia a ese detalle insignificante- le digo con mi tono orgulloso.

Ahora que me daba cuenta el profesor de física se estaba demorando bastante.

-¿Sabes por qué el profesor de física se está demorando tanto?- le pregunto y como respuesta se encoge de hombros. Pues hablando del rey de Roma. Todos nos sentamos en nuestros lugares fugazmente. Vi alguien desconocido caminando detrás del profesor ¿Un nuevo estudiante? Se prende mi curiosidad.

-Estudiantes, quiero presentarles a un nuevo compañero que van a tener desde ahora y hasta que terminen lo que les queda de curso, su nombre es Lucas- entra el nuevo estudiante y todas nos quedamos con la boca abierta y babeando.

Hola de nuevo! Aquí les traigo un nuevo capítulo, espero que les esté gustando.
Nuevo compañero de clases! Ya en el próximo capítulo conoceremos a Lucas. Por ahora me despido hasta la próxima ;)

Amarga RealidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora