Las cajas donde se encontraban sus cosas estaban por la casa nueva. La mudanza había terminado, ahora debían empezar a acomodar todo. Cada caja tenía un nombre, algunas eran de cocina, otras para el baño, y así mismo con las demás.
Dos meses después de que se hayan casado, se mudaron a una casa perfecta para ellas dos solamente, algo que habían decidido luego de la luna de miel.
Valentina estaba desempacando una de las cajas donde había puras carpetas con papeles.
Una carpeta le llamó la atención; era de color negro y en un costado salía el nombre de su esposa, además de un curso de básica siendo octavo básico. Abrió la carpeta y empezó a ver las hojas que había dentro, gran mayoría siendo guías de distintas materias.
Encontró una guía de orientación que tenía en grande un título que captó por completo su atención, sintiendo curiosidad al leer el llamativo título, "Para mi futura esposa".
Juliana había terminado de ordenar las cosas del baño, regresó al salón de la casa encontrándose con la mujer sentada en el suelo leyendo algo.
—¿Qué lees? —preguntó curiosa. Se acercó a Valentina y abrió como platos sus ojos al ver esa guía que había olvidado que existía, pero apenas leyó el título recordó todo lo que escribió, sintiendo vergüenza de inmediato—. ¡No leas eso! —se abalanzó contra la rubia, intentando quitársela, pero siendo complicado ya que la otra estaba estirando su brazo cada vez que se acercaba al papel.
Valentina logró levantarse, intentando escapar de la menor.
—¡Oye, dame eso! ¡Es mío! —gritó mientras corría detrás de Valentina.
—Ahí dice que es para tu esposa, así que relativamente, es mío —en un movimiento rápido al llegar a la habitación que compartían, con su brazo rodeó una parte de la cadera de la pelinegra haciendo que de una vuelta y caiga a la cama con ella encima. Besó el mohín que tenía su esposa, pareciéndole tierno ver la carita enfada.
—Déjame leerlo, por favor... —rogó sonriendo traviesa. No había alcanzado a leer ni la primera línea del párrafo.
La pelinegra se lo pensó un rato. Rendida hizo una mueca y asintió.
—Pero con la condición de que adoptemos un gatito —Carvajal asintió—. Está bien, quítate de encima —dijo con un leve puchero. Valentina se sentó en la cama, pronto rodeando con uno de sus brazos la cintura de la chica que había posado su cabeza en el hombro ajeno—. Ten en cuenta que solo tenía catorce años.
La mayor empezó a leer, comenzando por el primer párrafo; "Hey, futura esposa, aquí tienes algunas cosas que debes saber si quieres ser mi único amor..."
Con cada punto recordaba un momento que hayan pasado en aquella situación, como la cita para celebrar su aniversario y donde le pidió matrimonio. O la vez donde Juliana había perdido la canción que debía entregar ese mismo día, recordó lo alterada que estaba, y como la tranquilizó.
—¿Y lo logré? —preguntó burlona. Juliana le miró confundida sin entender bien—. Las cosas que dice la carta —Valdés hizo una mueca al sentir sus mejillas calientes rápidamente, sabía que estaba sonrojado—. Oh, vamos, dime —pidió con un puchero.
Juliana bajó su mirada avergonzada, pero asintiendo.
—S-Sí... —susurró. Valentina sonrió.
—¿Qué dijiste? No logré escucharte —molestó.
—¡Que sí! —dijo a regañadientes con sus mejillas rojas.
—Ouh, ven aquí, amor —dejó a un lado la carta, atrayéndola con sus brazos, empezando a repartir besos por sus mejillas sonrojadas. Juliana avergonzada ocultó su rostro en su hombro, abrazándola de igual forma.
Se quedaron así, disfrutando del calor corporal de la otra por varios minutos, donde solo escuchaban sus respiraciones, pero no siendo incomodo el ambiente.
—Espero que cumplas con tu promesa.
—¿Uh? ¿Cuál? —la menor salió de su escondite frunciendo el ceño.
—¡El gatito! —claro, ahí recordó la condición que le había puesto su esposa para leer la carta.
—Por supuesto que lo haré, ¿con quién crees que te casaste? —Juliana sonrió y le dio un beso en la barbilla. Siguieron abrazadas, quedándose dormidas poco a poco.
Todo este tiempo que Juliana llevaba junto con Valentina, esta había logrado cada cosa que había escrito hace años atrás, sin darse cuenta. Y aunque no lo diría aun en voz alta, sentía lo que sin pensarlo quiso desde niña; su único amor. Su tan ansiada futura esposa ya estaba con ella, y eso sin duda hizo que sintiera las típicas mariposas en el estómago una vez más.
Fin.
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Dear Future Wife |Juliantina
RomanceCuando Juliana iba en el colegio, su profesora le hizo escribir una carta a su futura esposa; En esa carta escribió algunos consejos por si quería ser su único amor. Ahora, años después, se casaría con Valentina, y aún sin recordar de aquella carta...