43. Aliado

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Sophie

Me alejé de ella para ver si volvía, pero pasa el tiempo y nada, ahora sé que volvió con esa imbécil, lo cual me molesta tanto.

-Maldito Máximo que no la mató como debió hacerlo – dije y me tomé el vaso de whisky de fondo recordando cuando me enteré –

Flashback

-Señora la buscan – dijo la secretaria y no recuerdo alguna cita –
- ¿Quién? – pregunté y entró ella –
- Yo – respondió mi querida suegra y rodé los ojos –
- No me pases nada y déjanos solas – dije seria – querida suegra que bueno tenerte aquí – dije sarcástica y ella reía –
- Cualquiera te cree que me quieres – dijo sentándose frente a mí y cruzando sus piernas –
- Claro que la quiero, pero en mi cama – susurré acercando mi rostro mientras la apoyaba en mis manos y se ríe –
- Eso jamás – susurró y me alejé riendo – Vine para algo sencillo – le hice señas para que siga – escuché hablando a mi hijo de “Termina el trabajo y no quiero errores" ¿con quién esta trabajando? – fruncí el ceño y segundos después abrí los ojos como platos y me quedé boquiabierta –
- Este maldito – dije y agarré mi cartera para salir a su empresa –

Me subí a mi coche y manejé hasta la empresa de mi esposo, llegué y me bajé para caminar furiosa hasta su oficina, cuando llegué la abrí y cerré furiosa, me miró angelical y me dio ganas de matarlo.

-¿Eres imbécil o naciste así? – le grité furiosa –
- Pero que bella mi vida – dice burlón y lo fulmino con la mirada – ¿No querías a la rubia para ti? – preguntó sonriendo y me pregunté seriamente ¿qué le vi a este idiota? –
- No te metas en mis asuntos y deja de mandar a matar a la gente, ese trabajo es mío – grité y él reía –
- Tu rubia la mataré yo – dijo y me acerqué a él peligrosamente –
- Ten cuidado, porque no querrías que te mande la cabeza de tu bebé de 6 meses – me miró asustado y sonreí – nos vemos en casa más tarde – sonreí y le lancé un beso –

Final flashback

-Imbécil – susurré y mi secretaria entró cautelosa a mi oficina –
- Señora su cuñado esta afuera – dijo y suspiré –
- Hazlo pasar – dije seria y giré la silla para quedar frente al ventanal –

Tyler entró y carraspeo para poder verlo, otro inútil que no pudo mantener con él a la castaña, tanto que hice para que estuvieran juntos y el muy idiota a la primera se dejó vencer.

-¿Qué quieres? – pregunté seca –
- Mi puesto – me reí fuertemente –
- No puedes mantener contigo una mujer y ¿crees que podrás con la presidencia? – me giré para verlo seria y estaba molesto –
- No me interesa, todo se fue a la mierda por tu culpa – lo miré asombrada –
- ¿Mi culpa? – pregunté confundida –
- Claro, cuando la atropellaste – respondió y golpeó la mesa molesto – ¿Crees que no me daría cuenta? Todo por la presidencia – preguntó y lo miré seria para luego reírme en su casa –
- Sí serás imbécil Tyler Martí – dije entre risas pero luego me puse seria – ¿Después de todo lo que hice para que la conquistaras voy a hacer esa ridiculez? Te pagué el maldito viaje a esa playa inútil – grité molesta –

Tyler se quedó confundido y yo rodé los ojos, le expliqué toda la situación y se puso muy mal, sonreí a mis adentros, era un aliado que necesitaba en contra de Max, el muy imbécil cayó en mis redes, esto salió mejor de lo que creí.

Luego de lo sucedido con Paolo, he querido aparecer para estar con ella, pero no es momento, aunque pensándolo bien ¿Qué tan malo puede ser estar como amiga? Aparte veo la actitud de la castaña, me levanto de mi sillón y agarró mi cartera, hago un par de llamadas y salgo de mi oficina.

Vida y Agonía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora