Hetero. (Próximamente)

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1. 100% heterosexual con h de homosexual.
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La escuela, más odiada que amada por todos, oh ¿sabes? esa institución en la que ingresabas a aprender, esa misma, Kanako no era una gran fan de ir a la escuela, es decir ¿quien en su sano juicio estaría transfiriendose a su nueva escuela para estudiar?

Exacto, Takatsuki Kanako, la hija del medio, la que era considerada desviada y la oveja negra de la familia; sacudió la cabeza para alejar esos pensamientos, ahora que estaba parada frente a la sala de profesores -la directora le había indicado, que la ajustarían en su nuevo salón, una vez que fuera al lugar-.

Dio un profundo suspiro, antes de tocar la puerta, esperó impaciente tirando de los pliegues de su falda, como si le ayudara a calmar su ansiedad creciente, está bien, si nos transferimos acá, no pasaremos lo mismo ¡ánimo!, se alentó mentalmente, antes de escuchar un "adelante" y soltar el aliento que no sabía que estaba conteniendo.

Con la mano ligeramente temblorosa, se acercó para abrir la puerta, dentro los profesores no se molestaron en mirarla, lo cual la alivió, estaban concentrados en su montón de papeles o sus computadoras, no pasó desapercibida la mirada amable de uno de sus profesores que charlaba animadamente con un chico.

El chico era alto, el cabello algo alborotado, dándole a las puntas un aspecto puntiagudo, Kanako ya se consideraba su fan en silencio, en uniforme pulcro, tenía una buena postura y tenía una mirada juguetona.

- Ah, Takatsuki-san, pase, pase -alentó el profesor con una sonrisa amigable, Kanako sonrió ligeramente nerviosa acercándose.

El hombre mayor que estaba frente suyo, era calvo, tenía una barba muy corta, tenía el estómago redondo, la corbata algo desordenada, probablemente en un intento de darle un mejor respiro, pese a su apariencia desprendía un aura cálida y amable, que a Kanako le hubiese gustado mucho tenerlo presente aunque no fuese el caso.

- Buenos días Profesor, mi nombre es Takatsuki Kanako y me acabo de transferir -hizo una corta reverencia, antes de ver la sonrisa y el asentimiento del hombre.

- Es un gusto conocerte Takatsuki-san, me llamo-

- El es el profesor Tamago -se metió el estudiante, mirando divertido al profesor quien rodo los ojos ante el apodo, pero no con malicia, más bien parecía divertirle.

- ¿Tamago? -por supuesto, Kanako no entendió el juego de palabras.

- Oh ya sabes, nuestro querido profesor es conocido por su cabeza de huevo -dicho eso, acarició la zona como si se tratara de una mascota, el profesor lo apartó con un ligero manotazo-. ¡Ay! Dios, ya no se puede tratar con esta gente -resoplo de forma exagerada.

Ah, tenía sentido, sin pensarlo Kanako dejó ir una pequeña carcajada, ganándose la cálida mirada de los contrarios, al notarlo, dejó de reír y se cubrió ligeramente con la mano, ignorando el ligero rubor que se acentuaba en su rostro.

- Es bueno que te relajes cariño, parecias tan tensa, que juré que estabas imitando una estatua -dijo en broma, palmeando ligeramente su cabeza con cariño, a Kanako le pareció entrañable, por lo que no se apartó ante el gesto.

- Hiromu, no seas descortés con la señorita, además le he dicho varias veces que no debe interrumpir a sus mayores -regaño el profesor Tamago, de acuerdo, Kanako aún no podía superarlo.

- Sí, sí pero usted es el único que me comprende -se llevó una mano a la frente, haciendo un gesto exagerado como si fuera a caer-. De todas formas me presento, soy Sakurada Hiromu y soy tu senpai~ -hizo un signo de paz con los dedos mientras guiñaba y sacaba la lengua, muy caricaturesco al parecer de Kanako.