Piel nueva

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Traer al mundo a un nuevo ser implicaba muchas cocas, entre ellas ajustes en el organismo de la madre para que las crías nacieran sanas. Los cuerpos de cada una de las pequeñas lamias que acababan de nacer estaban envueltos en una capa de mucosa especial que los protegía dentro del vientre de su madre, al momento de nacer cada cría, la lamia que los paria debía retirar los restos de mucosa con su lengua y comerlos porque le servía para aminorar el dolor del parto.

Para Connie era la primera vez trayendo al mundo a sus crías, especialmente cuatro que por fortuna estaban completamente sanas.

-Se están alimentando bien-Dentro de la canasta con pieles acomodadas estaban tres crías y justo al centro un gran trozo de carne de jabalí cruda.

Aquellos seres nacían con dentadura y colmillos perfectamente funcionales con los que se alimentaban, desgarrando la carne con sus pequeñas manitas y tragándola para satisfacer su deseo de comida.

No existía algo como la leche materna, por lo que al momento de nacer las crías de lamia por instinto comían la carne que se les ofrecía.

Aunque sí había un paso que no se omitía y ese era determinar el sexo de las crías para establecer si eran machos o si podían cargar en sus cuerpos nueva vida. Una tarea de la que se encargaba el rey de las lamias, sujetando por la cola a las crías para identificar su sexo.

-Estas tres crías son machos-Reiner se encontraba dentro de su hogar al lado del rey lamia, muy contento porque era padre de tres preciosas lamias y orgulloso porque eran machos.

-Todavía hay uno más...-La algarabía que se escuchó fuera de la casa causó que Jean saliera, dejando atrás a Reiner-¿Por qué tanto escándalo?

-¿Qué sucedió?-Mikasa estaba en el suelo. Los soldados que vigilaban la entrada de aquella casa no sabían porque su rey estaba siseando.

-Este ser invadió este recinto sagrado, váyase a saber con qué intenciones nefastas-Jean se inclinó para tomar entre sus brazos a Mikasa.

Levi y Eren estaban dentro de la vivienda, en las manos de Levi la cría de lamia que acababa de nacer y buscaba instintivamente comida.

-Cumplieron con su trabajo, tú mismo les diste la orden de que vigilaran la entrada para evitar intrusos. Ese ser probablemente nos siguió pero no le da derecho a estar aquí-Levi hablaba.

-¡Ah!-Las palabras de su prometido eran ciertas, no podía culpar a los soldados por cumplir con las órdenes que él mismo les había dado-Los de su especie... ¿Todos son así de curiosos?

-Algunos lo somos-Respondió Eren-Mikasa no es una mujer malvada, sería incapaz de hacerle algo malo a estos seres.

-Mi rey, falta determinar el sexo de esta cría-Giro su rostro para ver a Reiner.

Era uno de los soldados más valientes y con capacidades muy por encima de una lamia promedio, incluso su pareja era un buen soldado pese a ser capaz de cargar crías en su vientre.

Jean dejó a Mikasa sobre una rústica mesa de madera, fue después a donde Levi estaba con la pequeña cría de curiosos ojos y lo tomo por la cola.

-Tiene un solo miembro en su interior, las escamas en la parte final de su cola indican que ha de desarrollar un cascabel. Es un yeoja, en hora buena Reiner: tres de tus crías son machos y uno más será la esposa perfecta de algún afortunado-Sus cabellos eran rubios y sus ojitos de tonalidad marrón.

La piel de su cola serpenteada era de tonalidad gris con detalles negros que asemejaban los ojos de un búho.

-Espera ¿Cuántos genitales tienen ustedes?-Pregunto Eren al recapitular en las palabras que acababa de escuchar.

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⏰ Última actualización: Nov 23, 2021 ⏰

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