Tokyo revengers ||One Shots||

❀Fratelli Haitani

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Futuro de Bonten

En un vuelo económico Mizuki se dirigía a Nueva York para asistir a la fiesta de cumpleaños de su amigo Valentine.

Estar por los aires ella sola le traía una tranquilidad que no podía comprender, pero al final sí lo comprendía. Pues ahora, después de mucho tiempo, no estaba siendo custodiada por los guardaespaldas que los Haitani le habían asignado y seguramente, los que se encargaban de vigilarla y cuidarla estaban hechos un lío.

Cada 10 minutos, Ran y Rindou pedían informes de la situación y los subordinados, aún no podían creer que Zuki se escapara en tan poco tiempo.

Pudo haberles dicho de la fiesta en Norteamérica, aunque lo pensó mucho, al final se negó sabiendo que si estaban muy ocupados no accederían y sumándole que se trataba de Valentine, se negarían rotundamente.

Vestía un traje negro debajo de un abrigo que desde lejos podías divisar que se trataba de prendas exclusivas y por ello, costosas.

Jugaba con su cartera, impaciente, llevaba varias horas entre las escalas y el tiempo del vuelo. Cuando llegara a Nueva York, tomaría un taxi y se dirigiría a West 57th Street.

[...]

Delante del imponente hotel, entró casi corriendo para hacer el check-in y después sosteniendo su pequeña valija donde sólo llevaba un vestido, ropa interior, unos tacones y cosas de higiene personal, se encaminó al elevador.

Tenía prisa para poder descansar un poco antes de la fiesta que sería hasta el otro día por la noche.

Le informó a su amigo que ya estaba en el hotel y aunque deseaba verla, estaba terminando con asuntos de su empresa y preparativos para la celebración.

Pidió algo para cenar y mientras comía, veía un drama coreano. El teléfono que llevaba lo había comprado sin que sus perros guardianes se enteraran, porque si llevara el suyo, la encontrarían y el dispositivo no pararía de recibir llamadas. Al igual que la tarjeta de crédito que llevaba, no era una que los hermanos Haitani le habían proporcionado, las transacciones revelarían donde se encontraba y no quería nada de eso.

Tampoco salió del hotel o su habitación durante las horas que esperaba para la reunión, se sabía que había ojos de Bonten por todos lados y no quería ser vista y delatada.

Eran las 5 de la tarde, se encontraba en la tina disfrutando del agua caliente que relajaba sus músculos y a su vez, meneaba una copa de vino tinto y la llevaba a sus labios mecánicamente. Una música tranquila llegaba a sus oídos y estaba tan ensimismada con aquello que no escuchó los ruidos de una puerta siendo golpeada y seguido de eso unos pasos apresurados poniendo de cabeza la suite hasta que entraron al baño.

Se congeló en ese mismo instante, no necesitaba ver de quién se trataba, a diferencia de otras ocasiones, ya sabía cómo lidiar con ellos pero esta vez, seguro que no estaban de buen humor.

Y mientras seguía bebiendo de su vino, se preguntaba quien la había visto o como fue que dieron con ella.

—¿Quieren un poco? —tomó entre sus manos la botella del vino y la estiró hacia ellos, pero Rindou golpeó la botella fuertemente haciendo que se cayera y se rompiera contra el piso—. Sólo tenías que decir que no.