Nació en Italia, pero no se siente de allí. En realidad no se siente de ningún sitio porque siempre ha sido huérfano y ni siquiera puede contar con una familia que le asegure que pertenece a algún lugar del mundo. Quizá por eso es así de despegado e independiente, y no le cuestan los cambios. Es más, adora los cambios. Teo cree que, como nada le ata a ningún sitio, es más libre que los demás.
En realidad era un chico más bien hablador. Era tan hablador que a veces resultaba inadecuado, porque hablaba de todo lo que se le pasaba por la cabeza aunque fuera con su compañero de asiento en el autobús. Llegó un momento en el que se dio cuenta de que nadie realmente le escuchaba, así que terminó por aprender a guardar silencio aunque fuera perder parte se su forma de ser y por eso ahora procura mantenerse desinteresado e incluso introvertido con la mayoría, aunque difícil es para él ocultar su expresividad. Su rostro es un cristal; es incapaz de ocultar sus emociones desde que era un crío y eso, según él, le ha traído más problemas que cosas buenas.
El chico es más bien espigado, más delgado de lo que le gustaría pero sabe que gana puntos gracias a la anchura de su espalda. Su cabello, siempre despeinado porque nunca ha sabido peinarse bien, es color café al igual que sus ojos oscuros. Podría decirse que su nariz es algo grande pero no de forma exagerada, según la perspectiva del observante le aporta cierta personalidad o atractivo. Sus labios son finos y rosas y desaparecen cuando sonríe, normalmente descubriendo su perfecta dentadura. Es alto, mide 1.80 y es algo que siempre le ha gustado de sí mismo, y que él dice que le aporta esa actitud de intimidación que normalmente pierde cuando abre la boca o suelta alguna broma para ligar.
• Lleva traje siempre que puede y con cualquier excusa. De hecho a veces utiliza llevar traje como la justificación en sí misma de hacer un plan interesante, normalmente por la noche porque el insomnio es su fiel compañero.
• Casi nunca se pone nervioso, solo llega a sentirse incómodo pero es un chico más bien relajado y eso puede resultar tanto reconfortante como frustrante en ocasiones.
• Para él comer todo tipo de bollería se asemeja mucho a una buena experiencia sexual. Desarrollar diabetes es uno de sus mayores miedos y le encantaría no ir a las pastelerías solo y compartir esa experiencia con alguien, pero sus amigos no son de hacer esas cosas.
• Tiene una labia especial, una personalidad algo peculiar que está aprendiendo a utilizar a su favor. Cuando está borracho o enamorado se ríe de cualquier cosa pero cuando consume drogas vive badtrips con frecuencia. Por eso intenta controlarse cuando va a fiestas con sus amigos.
• A veces parece un niño, solo cuando algo le emociona o todo lo contrario, cuando se entristece. Pero a pesar de tener actitudes inocentes no lo es, no lo es para nada. Perdió la virginidad a los 13 años (en realidad le da un poco de vergüenza, nunca se pondría a hablar libremente de ello) y considera que por suerte ha mejorado en el tema desde entonces.
