No había ninguna razón lógica para que él fuera por el parque de nuevo. Sí, era el camino más corto a casa, pero él rara vez lo usaba. Había otros atajos. Más seguros.
Aún así, la noche después de su visita a la terapeuta, Minhyuk se encontró caminando a casa atravesando el parque. Él no esperaba encontrarse con Hyungwon de nuevo.No lo hacía.
Simplemente... No había ninguna razón para que él no usara este atajo. Si él se había encontrado con Hyungwon aquí una vez, no quería decir que iba a encontrarse con él de nuevo.
Tal vez realmente había sido un encuentro casual y Hyungwon no había estado acechándolo. Talvez nunca vería a Hyungwon de nuevo.
El parque estaba vacío y extrañamente tranquilo. El sonido de sus pasos parecía anormalmente alto. Horripilante. Minhyuk se metió las manos en los bolsillos y apresuró el paso, mirando a su alrededor.
–¿Buscando a alguien?– Una mano pesada cayó sobre su hombro y lo empujó contra el árbol más cercano.
Minhyuk se quedó mirando a Hyungwon. La luz de la farola era pobre y él apenas podía distinguir la expresión de Hyungwon.
–No a ti.
La esquina de la boca de Hyungwon se curvó hacia arriba.
–Podrías haberme engañado.
Su agarre en su hombro era doloroso. Minhyuk aspiró una bocanada de aire a través de sus dientes apretados.
–¿Estás tú acosándome?
Riéndose, Hyungwon puso la otra mano sobre la cabeza de Minhyuk y se inclinó.
–Noticia de última hora,– él murmuró, su cálido aliento casi rozando los labios de Minhyuk. –El mundo no gira a tu alrededor, Ojos Azules.
–¿Ah, sí?–, Minhyuk dijo, agarrando un puñado del pelo de Hyungwon. –¿Así que es una coincidencia, entonces? ¿Tú solo acostumbras pasear por aquí?.
–El sarcasmo no te queda bien–, dijo Hyungwon, su mano pasando del hombro de Minhyuk a su garganta y apretándola ligeramente. Minhyuk se estremeció. Hyungwon sonrió.
–Si quieres saberlo, yo de hecho trabajo cerca de aquí.Minhyuk parpadeó. La idea de Hyungwon haciendo algo tan normal como trabajar era extraña. Infiernos, el hecho de que Hyungwon ya no era un recluso era extraño. Minhyuk aún no podía lidiar en su mente con ello. Y absolutamente no ayudaba el que Hyungwon estuviera tan cerca, era una distracción. Una distracción mayor de lo que debería haber sido.
Minhyuk volvió la cabeza, de modo que el aliento de Hyungwon sólo cepillaba en su mejilla, y dijo secamente: –No explica por qué estás sobre mí. Lo que ocurrió hace unos días fue un error. Yo no soy... Yo no soy asi.
Hyungwon rozó con los dientes a lo largo de la mandíbula de Minhyuk. Minhyuk cerró los ojos fuerte.
–Estoy seguro de que no lo eres– Minhyuk murmuró, arrastrando sus labios entreabiertos por su mejilla hasta la oreja.
Minhyuk apretó el cabello de Hyungwon más fuerte en su puño.
–Yo no lo soy.
–Tú no lo eres–, dijo Hyungwon en su oído antes de morder el lóbulo de la oreja y succionarlo en su boca. Un ruidito escapó de los labios de Minhyuk. Él estaba temblando.
–No–, logró decir, tratando de abrir los ojos, tratando de obligarse a empujar a Hyungwon lejos. Su cuerpo no le obedeció.
La mano de Hyungwon se deslizó por el brazo desnudo de Minhyuk, provocándole piel de gallina en todo su cuerpo. Su nariz presionó contra un lado de la cara de Minhyuk. Acarició allí.