Eleister ©

4

Cerré mis ojos por miedo y un calor corporal se hizo presente.

Sentí como mi espalda choco con la pared y por instinto abrí los ojos.

Mis ojos toparon unos azules.

—Pequeña loca.

Hablo Eleister y yo lo empuje levemente.

—Me asustaste.
—Ese era el punto— dijo obvio y sentí como su mirada penetraba todo mi cuerpo.

Pero al sentir la acción que hice de empujarlo, me tomo del cuello y pego todo mi cuerpo con fuerza a la pared.

—¿Que quieres?

Pregunté mirándolo a los ojos.

—Te salve de ser vista por esa
cámara— señalo a una dirección y ambos volteamos.

Joder, tiene razón.

—No esperes que te agradezca.

—El favor es mutuo, ahora te puedo matar.

—Alyssa, apúrate o llegaremos tarde a la fiesta.

Se escuchó el susurro de Carlota.

—Ten cuidado pequeña loca.

Susurro en mi oído y solo mi cuello dejándome respirar con normalidad, mire como salió por la puerta sigilosamente.

Camine hacia ese lugar y la abrí, mire por la luz de la luna que Carlota caminaba a mi dirección con una cara de pánico.

—te tardaste una eternidad, pensé que moriría.
—Exagerada.

Conteste y caminamos por el patio, era la primera vez que salía.

Era grande y daba para el bosque, un bosque aterrador, tal vez era por la oscuridad de la noche que le daba ese toque.

—¿Dónde estamos? ¿Dónde está ubicado el psiquiátrico?

No dude en preguntarle a Carlota, no recuerdo mucho del como llegué aquí.

—Un pueblo, exactamente no se dónde estamos, se lo pregunté hace poco a Jessica y dijo que era un pueblo.

¿Pueblo? Solia vivir en una ciudad con mi abuela ¿Cómo me trasladaron aquí? No recuerdo nada.

Carlota camino en dirección a el bosque y decidí no preguntar nada, solo comencé a seguirla.

Después de unos pasos llegamos a un lugar donde estaba lleno de adolescentes con nuestro uniforme.

Mi mirada viaja viendo a las personas que estaban aquí hasta que se paró en la de Eleister y su grupo de amigos.

Estaban rodeados de chicas y ellos estaban con sus sonrisas perfectas en sus rostros, mientras las chicas rojas por las palabras que les decían.

—llegamos, ¡Ven te voy a presentar a alguien!

Me tomo del brazo pero yo la detuve.

—Antes que me presentes a alguien, dime sus nombres para ubicarlos.

Carlota miró que estaba viendo a ese grupo de asesinos y sonrió.

—Empecemos por el rubio de la orilla, se llama Jace, tiene 19 años.

El era alto, a mi parecer media cerca de 1.90 y sus ojos azules fuerte junto con su cabello rubio, casi amarillo y un tatuaje con un símbolo en su cuello.

—A lado está Zahid, tiene 18.

Era bajo a comparación de los demás pero aún así era mucho más alto que yo, su cabello café sedoso y unos labios perfectos, logré ver la cicatriz en su labio.