Eleister ©

1

Abrí los ojos y escuché la lluvia provenir de afuera de mi ventana, eran tiempos lluviosos y realmente me agradan pero ya estaban por acabar.

Lo primero que vi fueron las paredes blancas, en seguida mire mis manos y estaba atada con unas cintas negras y fue cuando recordé todo.

—¿Donde estoy?— grite mientras me obligaban a caminar en dirección a unos cuartos, no entendía donde hiba o donde estaba —¡Joder! ¡Que me digan donde estoy!— grite de nuevo mientras luchaba con los dos hombres que me tomaban de los brazos.

—Tienes que dejarte ayudar— dijo una voz detrás de mi, me aferre a intentar soltarme de los dos ¿Guardias? Que estaban sosteniendome y dirigiendome hacia unos cuartos.

—¡No necesito ayuda!— repetí como por quinta vez, solo quería salir de aquí.

—Despertaste— escuche una voz y mi mirada se dirijo a una señora —me alegra, tenemos los resultados de tus estudios y exámenes pero aún no podemos decírtelo, solo queremos ver si te podemos soltar para que socialices— siguió hablando mientras se sentaba en una silla que estaba enfrente de la cama donde me encontraba.

Llevaba unos días aquí, encerrada, mi abuela decidió traerme aquí pues ya no podía hacerce cargo de mi por mis “problemas”.

—Que emocion— hablé sarcástica con una sonrisa falsa en mi rostro, mire de nuevo mis manos y después a la doctora que estaba enfrente de mi
—¿Me pueden soltar?— pregunté mirándola aún mientras leía unos papeles.

—En unos momentos, solo queremos ver lo que tienes para que comprendas, tenemos que estar seguros de que no intentarás escapar y comprenderás todo lo que te digamos, recuerda que es por tu
bien, te daremos medicamentos— dijo mirandome, solo asentí y deje caer mi cabeza en la almohada que tenía detrás.

Mire la puerta de la habitación donde estaba y había un guardia cuidando a la doctora ¿Que tan peligrosa podría ser?

—Entonces Alyssa...— escuche su voz y la volví a mirarár en espera que acabará esto para poder soltarme, moría de hambre —Tu madre murió en un accidente de auto hace más de 5 años, tú padre tenía problemas de control de irá junto con bipolaridad y alcoholismo por lo cual no fue una buena figura paterna para ti, lo asesinaron hace unos meses y nunca dieron con el o la responsable, te quedaste con tus abuelos maternos y tu abuelo falleció por causas naturales por lo cual te quedaste a cargo de tu abuela— dijo leyendo una hoja

—Aja.

Es que todo lo que dijo era real, tal vez era las causas por las cuales estoy llena de está mierda, estoy rodeada de muerte.

—Bien, te vamos a soltar pero solo no te pongas como la última vez, nada de golpear a los guardias— dijo y solté una risa al recordarlo pero pareció no ser gracioso para la pelirroja —La pueden soltar— hablo a la puerta y entraron cuatro hombres, se dirigieron a mi y comenzaron a quitarme los agarres que tenía.

No haría nada, mis brazos me duelen.

Cada que me soltaban hacia alguna cosa contra los guardias, no es como que en cansará de eso pero necesito comida.

Cuando me soltaron esperaron que hiciera algo pero en cambio solo me senté en la cama y acaricie mis muñecas que estaban rojas y dolían por los fuertes agarres que me habían hecho.

—¿Hay comida?— pregunté a lo que la señora pelirroja asintió, parecía de unos 40 años, era alta y su cabello rojizo que era recogido por una liga negra, su rostro era acompañado por unos lentes negros y su cuerpo por una bata blanca.

—Si, antes de que te vayas quería decirte que todavía no te diremos los resultados, hacemos lo mismo con todos los pacientes, deben estar aquí algunos meses para que se sientan en paz y seguros, cuando creemos que es el momento le decimos lo que tienen, pero eso sí, te vamos a medicar— hablo mirandome y yo no respondí nada, en cambio mire por la ventana y se veía todo nublado y no reconocía nada, parecía un bosque por lo poco que pude ver.