Prólogo: Omnipresente

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Imagen de portada perteneciente a su servidora, o sea, yo. Es un diseño de Core Frisk adulto(?).

AU utilizado en el capítulo: StoryShift, una historia con cambios de roles en los personajes pero sin perder su personalidad original.
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La noche pintaba el cielo con sus oscuros colores, las estrellas titilaban manchando el lienzo negro y la luna redonda y brillante era digna de admiración para cualquier artista, bañando a todos con su tenue luz blanca. Nada la opacaba, ni siquiera una sola nube, era una bella y fresca noche de verano en la superficie.

Cierta joven humana salió al balcón para poder ser testigo de aquel espectáculo celestial. Eran las tres de la mañana y sin embargo le costaba conciliar el sueño. No todos los días tenía dificultades para dormir, de hecho solía ser algo poco común, pero hoy en particular sentía que prefería quedarse a respirar el aire puro del exterior un rato antes de volver a la cama junto con su amado.

No hacía frío pero tampoco había un clima pesado, el pueblo entero se había sumido en un silencio total y solo las lámparas de la calle iluminaban el lugar. La paz era tal que hasta ella misma se reprochaba por no estar durmiendo como el resto de su familia ¿Pero qué importaba? Él la conocía bien. A la mañana siguiente pediría cinco minutos más para seguir durmiendo y obligaría a Asriel a seguirla abrazando hasta entonces.

Una sonrisa se formó en su rostro, él supuso que recordaba que aquel cabrito adorable era hace unos meses su amado novio. Había estado ahí para observarlo. Las reacciones de sus padres no habían tenido precio alguno, pero afortunadamente después de salir de su shock inicial ambos lo aceptaron muy felices y les dejaron ser. Ya no eran niños después de todo ¿Para qué molestarse en tratar de impedirlo? Además, por la felicidad que ambos Dreemurr destilaban tras la noticia no creía que siquiera se les cruzó por la cabeza hacer algo al respecto más allá de felicitarlos.

La vio voltear para mirar a su dormido novio, acurrucado en la cama y abrazando una almohada que la misma Chara le entregó para poderse escabullir de sus brazos sin despertarlo. Asriel tenía la manía de abrazarla al dormir y nunca soltarla, como si ella fuese un peluche o como si él simplemente necesitara sentir su presencia. Era muy curioso, hace un tiempo atrás ella era igual. Sin duda ambos estaban hechos tal para cual como en la mayoría de universos.

Luego ella miró a la casa de enfrente. Él hizo lo mismo, el príncipe Papyrus ya debía estar dormido, al contrario de su pequeño amiguito humano que ahora mismo podía ver buscándose un vaso de agua antes de volver a la cama, más específicamente la de Papyrus. La rutina ya se la sabía. En la mañana Papyrus preguntaría qué hacía él en su cama y Frisk se excusaría diciendo que era sonámbulo, solo para no admitir que todavía quería seguir durmiendo cerca de su guardián.

Conocía esta línea temporal de Storyshift. Hace unos años que los monstruos habían sido liberados. Ningún humano los había aceptado al principio, pero el panorama había mejorado un poco desde que algunos convivían con ellos e incluso se habían mudado al pueblo en son de paz. Las cosas pintaban de maravilla desde que el matrimonio Dreemurr resolvió sus problemas. Al no necesitar a guardia real Toriel tenía más tiempo para ellos y Asgore se limitaba a hacer experimentos menos nocivos. Asriel había desistido finalmente de entrar a la guardia real, pero nadie esfumaría jamás su entusiasmo por ser el mejor en todo lo que se propusiera. Y Chara... Chara solo quería vivir el momento, con su familia y amigos ¿Qué más podía pedir?

Chara se frotó los brazos, creyó sentir una suave brisa fría rozando su nuca y dándole escalofríos. Desechó la idea de que podía ser su sexto sentido poniéndola en alerta, solo porque no era ilógico pensar que estaba refrescando más y lo estaba sintiendo porque salió nada más en ropa interior y una camiseta de tirantes.

Impotence - ᴜɴᴅᴇʀᴛᴀʟᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora