Son las 3 de la mañana y estoy tumbada en una cama de una habitación de un hotel en Andorra. Debería estar durmiendo porque mañana tenemos que levantarnos muy pronto, pero no puedo, es imposible.
Giro mi cabeza y lo veo ahí tumbado, durmiendo plácidamente a mi lado y no puedo evitar sonreír. Me incorporo un poco y cojo la manta para taparme un poco, vaya frío que hace aquí. Me siento y apoyo mi espalda en el respaldo de la cama y pienso en cómo hemos llegado hasta aquí.
Nadie se esperaba esto, creo que ni nosotros mismos... Hace menos de medio año ni nos conocíamos, y ahora estamos durmiendo en la misma cama, apunto de mudarnos juntos a un país diferente y sintiéndome plena por primera vez en mucho tiempo. Después de todo lo que tuve que pasar, lo difícil que fue todo, una broma en un videojuego me ha traído la felicidad absoluta, y todo gracias a él.Por lo que me ha contado en muchas de nuestras tantas charlas nocturnas, él tampoco lo pasó nada bien antes de conocernos, así que supongo que de una u otra forma todo el camino que recorrimos era para poder estar juntos.
Aún recuerdo la primera vez que se nos hizo tarde hablando de mil cosas diferentes, la primera vez que me llamó por Discord cuando en los directos no habíamos coincidido casi, la primera videollamada, la primera vez que nos vimos... el primer beso. Ahora que lo pienso, cualquiera que me escuche pensará que es el primer amor, pero es que siempre he escuchado eso de que "el primer amor no llega en orden", y creo que es verdad, porque con él he vivido tantas primeras veces...De repente, algo me saca de mis pensamientos. Es él, que se está moviendo, me parece tan tierno, parece un niño indefenso... Sin darme cuenta me está abrazando por la cintura, con su cabeza apoyada en mi pecho y cada cm de su torso desnudo está pegado a mi cuerpo. Mi mano, inconscientemente, viaja hasta su cabeza y acaricia su pelo. Alex me abraza aún más fuerte y levanta la cabeza para darme un beso justo en el borde de mi mandíbula.
- Pensé que estabas dormido niño- le digo sonriendo.
- Si, pero me desperté, duérmete Aro, que mañana tenemos que madrugar para ver las casas y hacer papeleo- me dice con la voz adormilada.Sonrío y me acurruco a su lado, me siento protegida y a salvo en sus brazos. Ha sido todo tan inesperado, pero tan cierto, que ahora mismo no puedo ser más feliz.