Un trato beneficioso

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-Usted no lo entiende, mujer- Dijo el con voz tranquila.

-¿Entender el que?  Estoy siendo realista.

El me tomo por los hombros y volvió a decir.

-Usted sigue llevando la sangre Haruno en sus venas. Si le damos el aspecto de uno, podrá mezclarse en sociedad.

-¿Y de que me servirá mezclarme en "sociedad"?-  Pregunté burlona.

-Para encontrar a su madre.

Me quedé callada.

-La ayudaré pero usted me tendrá que ayudar a recuperar mi honor. Nos utilizaremos mutuamente.

-Puedo preguntar... ¿Qué sucedió?

El soltó un largo suspiró. Tenso sus hombros y volvió a sentarse.

-Hace quince años... Usted lo sabrá era un investigador muy famoso pero era muy joven e ingenuo.

-Oh, señor. A mí no me pareció ingenuo en lo absoluto. Usted posee una inteligencia digna de admirar. Me encantó como resolvió el caso del diamante roto.

Vi como sonrió y pasó su mano por su cabello.

-Déjeme continuar, Sakura.  Un día me llamaron a la casa de una joven. Aquella joven tenía un hermoso cabello rojizo como también una buena fortuna.

-¿Esta usted hablando de lady Karin?- Pregunté tomando mi cabello y apretándolo un poco.

-¿Le desagrada?- Preguntó el.

-No... Siga contando.

El hizo como que me creía y siguió hablando.

-Ella me había llamado para encontrar una de sus más preciadas joyas. Cuando llegue ella se me empezó a insinuar. Yo me sentí ofendido cuando descubrí que había mentido.

-Totalmente, yo también me hubiera ofendido.

-Simplemente la aparte y salí de ese lugar. A los días siguientes la policía "encontró" el collar de perlas bajo de la cama de Karin y se encargaron de decirle a todo el mundo de que yo era un incompetente.  Karin obviamente había tomado el collar y lo  escondió para luego llamar a la policía y vengarse de mí.

-¡Que horror!- Exclamé.

-Pero mi honor volverá solo si usted me deja resolver su caso y va a hablar con los diarios.

-Lo haré, solo si usted me ayuda a encontrar a mi madre.- Respondí segura.

De todas maneras es un precio justo nos utilizaremos. El para tener su honor y yo para tener a mi madre conmigo.

-¿Trato?- preguntó el acercando su mano.

-Trato- Respondí yo tomándola.

El me llevo de vuelta al living y  Naruto nos miraba desde el sofá.

Yo le sonreí. El entendió el gesto y se levantó exaltado.

-¡Más misterios! ¡Uh, yeah!- Exclamó bailando.

Yo empecé a reír a carcajadas, Sasuke también empezó a reír. Naruto paro de bailar y se me quedo viendo.

-¿Que pasa?- Pregunté.

-Hiciste que Sasuke riera.

-No seas idiota- respondió tajante el acusado, saliendo de la habitación.

-Tu risa es contagiosa. Tanto que hizo reír a Sasuke...

Yo me sonroje. Uno de los únicos recuerdos de mi padre es que me decía que mi risa era horrible y que debía parar de reír.

-Oh, gracias.- Respondí yo.

Hinata se acercó a mi y me tomo de mis mejillas.

-¡Eres tan linda!

. . .

Estábamos al frente de mi departamento. Mire sus caras curiosas. ¿Nunca habían visto un departamento de gente normal?

-Antes de entrar... Deben saber que no me hago cargo de lo que puedan encontrar- Dije para luego sacar mis llaves y abrir la puerta.

Lo primero que se dejó ver fue un pequeño living. La mesa era de madera y en ella había muchos volantes, documentos y una taza de café.

Entramos y tire mi abrigó al sofá.

-Sakura tu casa es...- comento Naruto.

-Acojedora, inspiradora?

-Chiquita

Oh. Tiene sentido.

Los guíe a la habitación de mi madre. Vi como Naruto esperaba afuera y Uchiha revisaba desde el piso hasta los cajones.

-¿Su madre tenía alguna enfermedad- Preguntó el hombre de ojos profundos.

-Usted ha de saber. Si supo que era una bastarda, sabrá la razón por la cual lo soy- Respondí de brazos cruzados. Es un poco tonta su pregunta.

-Oh, discúlpeme. Lo que quise decir es... ¿Su madre no tenía ninguna pisca de demencia, no es así?- Pregunto con más sutileza.

-Si tiene razón, mi señor. Lo único que aquejaba a mi madre era el Alzheimer. Yo misma la diagnostique luego de terminar mi carrera.

-Cabello...

Eso susurro él.

-Sakura, ¡ven mujer!, ¡acércate!- Decía exclamando parecía haber encontrado algo.

Me acerque a la cama y mire hacia la almohada.

-Es cabello.

-Si, es cabello - aseguré.

Tome el cabello castaño y supe enseguida que no era el de mi madre.

-No le pertenece a mi madre. Este cabello le pertenece a un hombre.- Dije convencida.

-Expliquese- Dijo Naruto.

-Generalmente el cabello de una mujer es más fino que el de un hombre. Ustedes suelen raparlo y eso hace que el cabello se vuelva grueso. Además este es muy corto como para ser de una mujer.

-Tiene razón, Sakura.  Eso quiere decir que un hombre estuvo en la habitación de su madre.

¿Un hombre? ...En la habitación de mi madre.  Puede que la haya secuestrado porque mi madre no podría haber dejado entrar a un desconocido así como así. 
Mire la ventana y dirigí mi vista a Uchiha.

-Señor Uchiha, la ventana- Dije señalandola.

El entendió lo que quise decir y se acercó la ventana.

-Fue forzada.  La ventana no debería de ser tan liviana- Vio como abrió la ventana y la volvió a cerrar. -Este tipo de ventana son un poco pesadas y debes presionarla para abrirla.

Analice lo que me decía y achique mis ojos para encontrar algo.

-¡Bingo!- Exclamé.

-¿Encontró algo?

-Mire allá, señor Uchiha. El tornillo está suelto.

-Tiene razón, Sakura. Y por lo que mis ojos pueden observar es un tornillo muy raro. Este tipo de tornillo se puede sacar solo con un tipo de destornillador muy caro. Mi familia solía comprarlos cuando era niño- Dijo Uchiha.

-Entonces quiere decir que... El que secuestrador de  mi madre está forrado en plata... digo... Que tiene una buena situación económica.- Me corregí mientras reía.

-Yo lo diría con otras palabras, pero básicamente es así.

-Entonces... ¿Qué haremos Sasuke?- Pregunto Hinata.

-Tu, nada. Deberías descansar- Respondió el.

-¿Por qué dices eso?- Pregunto Naruto.

Sasuke lo miro y sonrió burlón.

-Porque tu esposa está encinta...

𝐄𝐥 𝐜𝐚𝐬𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐦𝐮𝐣𝐞𝐫 𝐝𝐞𝐬𝐚𝐩𝐚𝐫𝐞𝐜𝐢𝐝𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora