CHAPTER 2

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Cuando Hongjoong despertó al día siguiente, Seonghwa aún lo aferraba firmemente de la cintura y escondía el rostro en la curvatura de su cuello

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Cuando Hongjoong despertó al día siguiente, Seonghwa aún lo aferraba firmemente de la cintura y escondía el rostro en la curvatura de su cuello. Seguramente era una posición muy incómoda, pero aún así no dijo nada y se limitó a sonreír. Tendrían que encargarse del problema de la habitación pronto si no quería tener dolor de cuerpo crónico.

Hongjoong acarició las manos de su pareja con suavidad para ver si este cedía su agarre y así poder ser capaz levantarse para comenzar con las actividades del día. Cuando miró hacia un costado casi le da un infarto al ver a la pequeña niña que rescataron en cuclillas mientras los miraba fijamente.

Hongjoong se enderezó de inmediato y despertó a Seonghwa en el acto. Mientras el mayor pestañeaba para intentar conectarse con el mundo, el capitán se levantó y caminó hacia la niña.

–¿Hace cuánto estás despierta? –preguntó, pero cómo había estado pasando hasta ahora, no recibió respuesta de su parte. El capitán suspiró y se dio la vuelta. Caminó hasta la habitación y se sorprendió al ver la bandeja con comida que había llevado la noche anterior casi intacta. La tomó y la llevó hasta el escritorio.

–¿Por qué no comiste nada? –dijo intentando no ser demasiado duro. Seonghwa llegó a su lado (un poco más despierto) y tomó la bandeja para salir de la habitación; debían poner en pie a los demás y no estaba preparado para lidiar con la niña aún.

Hongjoong caminó hasta el ropero y buscó algo para cambiarse mientras su cabeza era un remolino de incógnitas. Cuando iba a salir de la habitación, la niña seguía en la misma posición en la que la había encontrado.

–Puedes salir de la habitación cuando quieras, solo ten cuidado –fue lo único que dijo el hombre antes de salir de la habitación. Quería darle la libertad que parecía no haber tenido nunca.

Durante el día, se sintió preocupado al ver que la niña no salió de la habitación como se lo sugirió. Recordó que no había comido nada desde quién sabe cuánto y se preocupó aún más. Ya no sabía qué hacer con la situación pues tampoco quería que la pequeña se sintiera presionada.

Cuando se lo comentó a Seonghwa, este le dio una idea. Así que al medio día, ambos se encaminaron a su habitación con platos de comida en mano. Al llegar no vieron a la niña por ningún lado y al buscarla la encontraron en el armario del capitán pasando la mano por los abrigos de Hongjoong. Al verlos llegar, se asustó y dejó lo que estaba haciendo de inmediato.

–Está bien, no te asustes –dijo únicamente Hongjoong –ven con nosotros.

La niña obedeció y siguió al hombre al despacho con la cabeza gacha pues estaba segura de que le vendría un gran regaño. Seonghwa estaba sentado detrás del escritorio mientras lo despejaba para que pudieran comer tranquilos.

–Siéntate aquí –le indicó Hongjoong a la niña apuntando a la silla a su lado. La pequeña dudó por un momento, pero terminó sentándose igual –Aquí –volvió a hablar el hombre mientras le acercaba uno de los platos en la mesa –Come con nosotros.

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