Teke Teke

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En una ciudad de Japón, vivía una joven estudiante de secundaria, todos los días de camino a la escuela tenía que pasar al lado de las vías de un tren. Cuando regresaba a su casa volvía por el mismo camino, pero siempre teniendo cuidado de no acercarse mucho a los rieles pues los ferrocarriles pasaban constantemente.

Lamentablemente, la jovencita sufría mucho de bullying en el colegio pues era muy tímida y retraída. Las chicas de su salón la señalaban y se reían a sus espaldas, sin que el profesor interviniera. Y es que en la institución, los maestros tenían prohibido involucrarse en los asuntos personales de sus alumnos. Así que todos se aprovechaban de esta pobre chica, incluso delante de los mayores.

Un día, al salir del colegio, unas muchachas la empezaron a perseguir para cortarle el cabello. Asustada, echó a correr por el camino de vuelta a casa con tanta fuerza, que resbaló en las vías. Un pie se le atoró entre las tablas, impidiéndole escapar de una muerte terrible.

Justo en ese instante un tren le pasó por encima, cortándola en dos desde la cintura y matándola al instante.

Sus restos fueron retirados ante la consternación de los vecinos, quienes por mucho tiempo consideraron la posibilidad de cerrar ese acceso a los ferrocarriles. Al final, cuando la conmoción se calmó, el asunto quedó olvidado y todo volvió a la normalidad. O al menos parecía.

Un día, las chicas que solían acosar a la joven fueron encontradas aterrorizadas en la zona. Afirmaban haberla visto y ser perseguidas hasta el cansancio. Decían que la muchacha solo tenía su torso, la cabeza y sus brazos, con los que se desplazaba rápidamente mientras su hombros hacían un sonido muy particular: teke teke, teke teke, teke teke...

Las muchachas se encontraban en tal estado de psicosis, que fue necesario trasladarlas a un hospital para poder sedarlas. Lo cierto fue que nunca se las volvió a ver por el vecindario. Mientras tanto, otras personas afirmaron haber visto a la chica muerta de la misma manera que ellas habían descrito.

La llamaron Teke Teke, por el espantoso ruido que hacía al caminar sobre sus brazos.

Hubo quienes no dieron crédito a estos avistamientos, pero de cualquier manera no tardó en convertirse en una leyenda nacional. Cada vez eran más los individuos que afirmaban haberla encontrado no solo en las calles de Tokio, sino en otras ciudades.

Se dice que en la actualidad, Teke Teke sigue apareciendo para espantar a los incautos. Es un alma en pena que se siente muy sola y se ha dejado arrastrar por el resentimiento. Cuando alguien se cruza en su camino, lo persigue por suelo y paredes moviéndose como una araña encima de sus dos brazos. Si logra atrapar al desafortunado, lo parte por la mitad para volverlo como ella y vengarse del sufrimiento por el que pasó en vida.


Esta historia se actualiza de lunes a viernes 

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