En 1896, un niño llamado Robert Eugene Otto vivía con sus padres en Key West, Florida, pero su vida cambió cuando la señora de la servidumbre le obsequió un muñeco de tres pies de altura, vestido con un misterioso traje de marinero, relleno de paja y cocido con un alambre. Como todo niño, Robert decidió llamarlo igual que él: Robert.
La mujer de la servidumbre era procedente de una isla de las Bahamas, en donde la magia negra y los practicantes del vudú eran comúnmente conocidos en esas comunidades caribeñas, ¡y de ahí se originó el misterio!
Robert enseguida se encariñó con su nuevo juguete, al grado de empezar a hablar con él como si fuera un humano. Sus padres pensaron que era la imaginación de su hijo, pero los vecinos incluso aseguraban que cuando la familia estaba fuera de casa, el muñeco se asomaba por las ventanas y creaba ruidos en la propiedad. Fue cuando los muebles de la habitación de Robert se volcaron, que todo comenzó a tener sentido. "No fui yo, fue Robert" decía el niño. Para detener el misterio, los padres decidieron ocultar al muñeco en el ático de la casa y dejarlo ahí durante mucho tiempo.
Cuando sus padres murieron, Robert se mudó con su esposa a esa misma casa y descubrió a su viejo amigo (el muñeco) abandonado entre el polvo y sin pensarlo dos veces lo rescató para hacerlo parte de la decoración de la casa. Todo se desató cuando la esposa de Robert comenzó a revelar que el muñeco se movía y sus facciones y expresión del rostro cambiaban con frecuencia, por lo que regresó al muñeco al ático.
Cuando Robert murió en 1972, su esposa vendió la propiedad y otra familia se mudó a ésta. Fue una pequeña niña de 10 años quien descubrió al muñeco y rápidamente se volvió su mejor amiga, pero parecía que ella no le agradaba del todo a Robert, pues en múltiples ocasiones la niña confesó a sus padres que su nuevo juguete intentaba matarla por las noches.
Finalmente, el muñeco fue trasladado al museo Martello Gallery-Key West Art and Historical Museum, en donde se encuentra hasta hoy en día. Los trabajadores del lugar afirman que en octubre, Robert se vuelve más activo, se escuchan golpeteos en el vidrio en el que se encuentra e incluso aseguran que cambia de posición con frecuencia. Según algunos espectadores del museo, cuando graban o toman fotos de Robert, las cámaras inmediatamente se descomponen o las imágenes resultan tener algún defecto, pues lucen borrosas. Los encargados del museo afirman que los visitantes deben pedirle permiso al muñeco para fotografiarlo, pues de otro modo podrían convertirse en víctimas de su terrible maldición. La gente que lo ha hecho sin pedirle permiso, incluso le ha escrito cartas pidiéndole perdón y rogándole que retire la maldición.
¿Te atreverías a visitar a Robert?
Esta historia se actualiza de lunes a viernes
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Misterios rutinarios
Gizem / Gerilim¿Fantasía o realidad? Que más da. La noche de misterio acecha de nuevo y, con ella, revive la adrenalina de aquellos que necesitan una buena historia. "Bienvenidos a mi humilde morada" Están invitados a leer estas historias. ('▽'ʃ♡ƪ) © Totalmente p...