xxv. Twenty five

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Draco estaba con Coraline en el sofá, abrazando su pequeño cuerpo. 

Ella le habló de su padre, y su respuesta fue inmediatamente no. No había manera de que dejará a Coraline a 90 pies cerca de Lucius, sabiendo lo que le hacía a Draco.

Lucius era alguien que Draco nunca quiso que Coraline conociera, con el propósito de que, si Lucius  golpeaba a Draco, el miedo de que no se detuviera en golpear a Coraline se acumulaba en su mente. Él nunca permitiría que ella fuera golpeada por un hombre, y mucho menos por su propio padre.

Eso no era una opción, no para él. 

Por otra parte, no era una opción cuando se trataba de ella por él. No era una opción dejarla ir, no era una opción hacerla sentir no deseada de nuevo, no era una opción ponerla en peligro. Él nunca tendría otra opción con ella.

Así que la tenía en el sofá, envuelta en una cálida manta, con un tazón de fresas en su mano y su cabeza apoyada en su pecho mientras miraba la tecnología muggle. Sus brazos estaban envueltos alrededor de ella firmemente, su calor corporal irradiaba fuera de ella y sobre él. 

—Estoy preocupada. —La voz de Coraline casi lo hace saltar de sus pensamientos.

—Amor, lo siento mucho. —Él le dio un beso suave en la frente. —Pero la única manera de que tú te encuentres con tu madre es si estoy contigo. Y ahora mismo realmente no quiero ver...

Él paro de hablar, cuando ella quitó la cabeza de su pecho, poniendo sus fresas sobre la mesa y sentándose a horcajadas. Él la dejó, y ella ahuecó su cara en sus pequeñas manos. 

Él sabía por qué ella estaba preocupada, por su madre. Coraline no quería a su madre allí sin que alguien se asegurara de que estaba a salvo, alguien que se asegurara de que no cayera en las mismas manos que Draco. Ella rezaba para que Lucius no intentará nada, no se relacionará con ella porque no quería que Lucius la tocara.

—Lo entiendo. —Ella le dió una pequeña sonrisa antes de presionar sus labios contra él suavemente.

Al instante él la beso de vuelta, acercando su cintura a su cuerpo y deslizando sus manos alrededor de su espalda, sin querer dejarla ir. La sostuvo en sus brazos, sus manos se envolvían  alrededor de su cuello y profundizaba el beso.

Ellos estaban compartiendo el mismo aliento, jadeaban por aire cada segundo que dejaban de besarse, solo para chocar sus labios de nuevo. Un pequeño gemido escapó de sus labios, tratando de conseguir más de él y él rápidamente recibió la pista, él extendió sus manos para ahuecarle el trasero y ponerse de pie.

Sus pies los llevaron al dormitorio, su lengua estaba arremolinándose con la suya. Su pie abrió la puerta de una patada...

Un golpe sonó en la puerta. 

—¡Vete! —Gritó Draco, antes de capturar sus labios con los suyos de nuevo y esperando a que la siguiente persona ridícula que apareciera en su puerta se fuera. 

Pero continuaron golpeando la puerta.

—¡Mierda! —Él puso los ojos en blanco, aparto los labios de ella y la bajo suavemente. Sus piernas lo llevaron a la puerta, había una expresión muy molesta en su rostro mientras caminaba.

Ahora, se quedó con una protuberancia en los pantalones. 

Pero, sin embargo, abrió la puerta para escuchar a alguien soltar un gemido doloroso, y sus ojos cayeron en Theodore, que estaba inclinado sobre el hombro de Adrian mientras se filtraba sangre de su cabeza. 

Draco estrechó instantáneamente las cejas, pero aún así abrió la puerta para averiguar qué le había pasado a su mejor amigo. Adrian echó un vistazo a Coraline y sus ojos se sintieron atraídos instantáneamente hacia ella, eso enojó a Draco. 

—Déjalo en el sofá. —Dijo Draco poniendo los ojos en blanco, listo para que Adrian saliera de su penthouse. —¿Y tal vez podrías explicarme qué pasó ?

—Pansy. —Theodore sorió, levantando los brazos como un cadáver y luego dejándolos caer de nuevo. —Me dijo que era un puta y...

—¿Estás borracho?—Coraline le preguntó a Theo, mientras sostenía una toallita húmeda en su mano y trataba de limpiar su herida. 

Ella comenzó a limpiar ligeramente la sangre que goteaba por su frente, y una vez que llegó a la herida, él soltó un quejido. Pero él la dejó limpiar su frente mientras ella la acolchaba suavemente sobre el corte grande, la sangre aún se derramaba de él.

—¿Pansy te hizo eso? —Draco volvió a preguntar, y luego se giró para ver a Adrian, que todavía estaba mirando a Coraline. —¿Qué tal si Adrian, además de mirar el trasero de mi chica me explica qué pasó?

Mi chica. 

Él ni siquiera se dio cuenta de que la había llamado así, pero ella detuvo sus movimientos, con los ojos bien abiertos y Draco se habría arrepentido de decirlo si Adrian no se hubiera visto afectado por ello, pero lo hizo. Adrian arrugó la cara con disgusto, la ira recorrió su cuerpo y a Draco no le importó ni un poco.

—¿Hmm? —Draco levantó las cejas a Adrian, viéndolo poner los ojos en blanco.

Adrian suspiró profundamente, apoyado en el sofá. —Pansy entró en el pub en el que estábamos, estaba llorando y comenzó a gritarle a Theodore. Él ya estaba borracho, pero ella lo golpeó varias veces y luego él se cayó cara a cara en el suelo. Eso es lo qué pasó, no me preguntes por qué lo dio un puñetazo, no...

—Ya sé por qué. —Draco puso los ojos en blanco, tratando de deshacerse de los celos que sentía por él hacia Coraline.

Pero ella era suya

—Theo me dijo que lo trajera aquí... —Murmuró Adrian, él estaba enfadado por el hecho de que pensaba que Draco y Coraline estaban juntos. 

Deberían estarlo.

Pero Draco tenía mucho miedo de preguntarle, la última vez que estuvieron en esa situación, la rechazó duramente y luego ella lo dejó. No podía hacer que ella lo dejara por completo, así que decidió en su mente que no lo mencionaría en absoluto. 

—Él puede quedarse aquí esta noche, pero tú puedes irte. —Draco se lo dijo a Adrian y vio cómo su cara se retorcía de disgusto. 

Vio a Coraline por el rabillo del ojo, volver a su habitación y cerrar la puerta detrás de ella. Él miró fijamente a Adrian antes de volver a su propia habitación, la ira humeaba de su cuerpo.

Él no entendía por qué Coraline estaba molesta, pero lo que sea que él hubiera hecho, se disculparía por eso. Cuando entró en la habitación vio a Coraline mirando fijamente la ciudad, el sol casi se estaba poniendo y su cabello estaba en un moño desordenado. 

—Creo que me perdí la parte en que decidiste que era tuya. —Ella se dio la vuelta y él levantó una ceja hacia ella, ladeando la cabeza hacia un lado. Él podía darse cuenta de que no estaba enfadada por eso, pero sabía que ella quería que lo dijera de la manera correcta en lugar de decirlo por celos. —No puedes hacer eso Draco. Dices cosas por celos y...

—¿Y qué? —Dio un paso más cerca de ella, viendo cómo su cara brillaba contra la suya. —¡¿Esperas que me siente y vea a Adrian mirarte como si no durmieras en mis brazos por la noche?

—Bueno, no estamos juntos... no se puede hacer nada oficial por celos.

—Bueno, deberíamos estar juntos, Coraline. —Él escupió duramente. —Porque te quiero, maldición.

Temptation| Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora