nueve

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Mirando los ojos de Jaemin, suspiró una vez más, dándose fuerzas para poder continuar. 

— Sabes que soy de las personas que puede llegar a creer en el amor tan ciegamente que soy capaz de hacer las más grandes locuras de amor. — Rio un tanto avergonzado. — Creo, sin embargo... que has sido la única persona a la que he amado de esta manera, tan ciegamente.

— Renjun... — Murmuró el menor, acercándose un poco al contrario. — Sé que pareciera que no es así, pero... para mi también significas demasiado, eres la persona que más ha marcado mi vida, y yo creí... que podríamos arreglar esto, es por eso que yo no... 

— No hay nada que arreglar cuando el amor entre dos personas ya no existe. — Dijo tranquilamente. — Tú dejaste de amarme hace meses, y aunque lo intenté, no logré hacer que lo hicieras de nuevo... tal vez fue eso mismo lo que hizo que yo también dejara de amarte. 

Esas palabras quizás habían sido las más duras para ambos. 

Darse cuenta de que realmente Renjun ya no quería nada con él era como un balde de agua fría sobre su cabeza, y sí, era ridículo que fuera de esa forma cuando había sido su culpa todo lo que estaba pasando, cuando él había hecho prácticamente de todo para que justamente eso pasara. 

Aunque claro, sin darse cuenta. 

Mientras que para Renjun, se sentía de cierta forma como un alivio, decir todo eso en voz alta definitivamente lo hacía más real. 

— No quedan muchas cosas. — Comentó el menor, suspirando una vez más. 

— Es cierto. — Miró también los pocos objetos que quedaban sobre el césped, tomando una linda cajita de regalo, abriéndola lentamente. — De todas estas cosas, creo que esta es una de mis favoritas. —  Dijo con una media sonrisa, mostrándole al menor el lindo collar que había dentro de la caja. 

Un collar de plata de una delgada cadena que sujetaba un pequeño dije de la forma de un zorro, y detrás de este mismo, las letras "RJ" estaban grabadas. 

A Renjun le encantaba, se sentía tan bien al tacto, y casi ni se daba cuenta que lo tenía puesto cuando lo usaba, sin duda uno de sus accesorios favoritos. 

— Aunque nunca me llamaste Tod, ni de ningún nombre relacionado con zorros, solías darme demasiadas cosas que estuvieran relacionadas con ellos. — Señaló, dejando que Jaemin tomara el collar entre sus dedos. 

— Porque me encanta esa comparación, pero como dije, sabía que era algo más bien de tus padres, así que buscaba otras formas de decirte que eras tan lindo como un zorrito. — Arrugó su nariz. — Supongo que tampoco fue demasiado útil si cada cosa que te regalaba tenía que ver con ellos. — Ladeó su cabeza, sin dejar de acariciar el dije. 

—  Pero me gustaba mucho, y de alguna forma, sí es diferente a como era con mis padres. —  Ladeó su cabeza también. — Aunque este collar en particular, si se relaciona estrechamente con mis padres  también. — Sacudió su cabeza, volviendo a sonreír levemente. 

Jaemin lo recordaba muy bien. 

Había estado por medio Seúl buscando el dije perfecto para el collar de su novio. 

Verán, en cuanto Jaemin supo que el aniversario de los doscientos días con Renjun estaba cerca, empezó a buscar el regalo perfecto. Fue todo un problema encontrar algo realmente lindo y con significado para aquella fecha, y por supuesto que un collar no había sido su primera opción, pero después de darle vueltas y vueltas, le terminó pareciendo la mejor opción. 

Claro que enseguida supo que clase de collar quería para su novio, en su mente imaginaba a Renjun con ese collar y no podía verlo de otra forma. 

Estuvo tal vez dos semanas enteras yendo de joyería en joyería en busca de algo aunque fuera similar y que estuviera dentro de su presupuesto, porque tampoco vamos a mentir, nuestro lindo Jaemin no tenía mucho dinero para invertir, pero estaba dispuesto a usar todo el dinero de su salario y un poco de sus ahorros, aunque eso significara no poder darse esos deliciosos gustos en sus cafeterías favoritas.

the end; renminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora