Estereotipos de la sociedad

VI

aqui me saldre un poquito de lo principal por que creo necesario que se sepa un poco que fue lo que paso con Fugaku tiempo atrás, pero no será muy extenso y básicamente sólo será esta parte, en fin sigan con su lectura.

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Mientras tanto Fugaku caminaba hacia su auto, no iría a su casa, primero necesitaba relajarse y así evitar desquitarse con terceros, quien más probablemente sería su esposa o algún trabajador.

Condujo hasta un lugar que le traía recuerdos amargos, pero era el único lugar donde podía estar en paz. Este era bosque, que quedaba a unos minutos de las afueras de la ciudad, no exactamente ese bosque sino más bien un claro en el donde había un pequeño lago.

Al llegar camino una distancia considerable y al estar ya en lago se sentó en una orilla de este, y recordó lo que había dicho su hijo, dando por consecuente los recuerdos de esas épocas.

Flash back

-¡Fugaku!- le grito su amigo que corría hacia él.

-Minato, ¿te volviste a pelear?- dijo al ver los raspones en cara contraria

-es que esos chicos no dejaban de molestarla-

-vamos a la enfermería a que curen eso- tomo la muñeca del rubio llevándolo consigo a la enfermería del instituto donde estudiaban.

-¿hola? Señorita Yamanaka, mi compañero tiene unos heridas- dijo mientras entraba pero al ver que no había nadie simplemente le indico al Namikaze que tomara asiento mientras el curaba sus heridas.

-no tienes por qué hacerlo, Fugaku, puedo esperar a la enfermera-

-lo sé pero eso con llevaría a que perdieras algunas clases y eso bajaría tu promedio- el rubio solo dejo que el azabache continuara

-y ¿Por qué peleaste?-

-unos chicos de segundo año estaban molestando a Kushina-Chan, y no podía quedarme de brazos cruzados-

-como siempre tan amable, eso algún día te meterá en problemas-

-no lo creo, y si los tengo tu estarás allí para ayudarme-

-si, después de todo somos........ Amigos-

Dos semanas después

-¿qué salió en tus resultados Fugaku?-

-Alfa, como esperaba, ¿y tú?-

-eso es grandioso seguro serás un gran Alfa, yo soy un Beta, no es la gran cosa pero daré lo mejor de mí-

-un Beta, Minato olvide que tenía algo por hacer será mejor que me vaya ahora, luego se me hará tarde-

-okey, nos vemos mañana-

Tres semanas luego

-Fugaku, quiero presentarte a alguien-

-¿Por qué?- dice sin despegar la vista del libro en sus manos

-porque eres mi mejor amigo y me gustaría que conocieras a mi novia-

-¿tu....novia?-

-¡sí! Kushina-Chan acepto salir conmigo-

-no creo que sea necesario que me la presentes, ahora si me disculpas debo irme- cerro su libro, tomo sus cosas y salió del lugar

Al llegar a casa su madre se encontraba en la cocina por lo cual solo paso de largo hasta su habitación, una vez allí se tiro sobre la cama, ocultaba su rostro entre sus almohadas y recordaba las palabras de su amigo.

Sin darse cuenta empezó a soltar unas cuantas lágrimas silenciosas, ni siquiera noto cuando su madre había entrado a la habitación.

-¿Fugaku? Cariño, ¿Qué sucede?- dijo preocupada al ver las lágrimas de su hijo

-mamá........ ¿Un Alfa y un Beta, no pueden estar juntos?-

Una pregunta que pudo haber cambiado todo según su respuesta, pero que se puede hacer si desde siempre han existido esas ideas de lo correcto, esos estereotipos que dicen que el omega solo puede estar con un alfa, ya que, estos son débiles y sumisos. La cruda respuesta de su madre llego a sus oídos, un "No, no pueden" se escuchó perfectamente.

Fin del Flashback

Desde ese momento el Uchiha lo entendió, la felicidad se encontraría en el momento en que se hiciera lo correcto, o al menos eso pensó, ahora después de tantos años se arrepentía de solo haberse alejado del rubio sin darle explicación aparente.

En realidad, no fueron sus padres quienes lo comprometieron con la chica azabache, él fue quien propuso dicha idea, al igual que evito que Mikoto cancelara el compromiso en ese entonces, todo lo había hecho para alejarse del Namikaze y que este fuera feliz.

Y allí se encontraba frente al lago donde alguna vez fue con el chico que era su mejor amigo, donde jugaron por horas, pero ahora solo eran recuerdos vacíos, y entonces pensó las palabras dichas por su hijo menor.

"Tú estás haciendo lo mismo que tus padres, le estas quitando la felicidad a tu hijo, así como ellos lo hicieron contigo"

Su hijo estaba en lo cierto, lo único que estaba haciendo era acabar con la felicidad de su pequeño, y pensó que diferente hubiera sido su vida si su madre le hubiera dicho en ese entonces que no abandonara esa ilusión y que luchara por ello, pero ya no tenia sentido lamentarse ahora lo único que podía hacer era ir a su casa, citar a sus dos hijos y hablar tranquilamente, también necesitaba disculparse.