Era un día soleado y tranquilo como otro cualquiera, ya pasaron dos semanas desde que Ghakon partió en su viaje sin ningún rumbo aparente. Como de costumbre, este se pasaba el día entrenando y cazando mientras continuaba andando, guiándose por su instinto, siguiendo las huellas de las bestias y a su vez ayudando a los pueblos por los que pasaba. Normalmente en dichos pueblos tenían problemas con algunas criaturas o con la comida, aun que nunca nada realmente grabe, Ghakon se encargaba de esos contratiempos con facilidad, sin embargo, al llegar a Inchyc un pequeño pueblo de apenas un par de docena de casas de piedras muy antiguas, se percato que no había ni una sola criatura alrededor de dicho pueblo. Ghakon extrañado, se adentro en el pueblo a investigar y encontrar respuestas de sus dudas sobre la falta de las criaturas en los alrededores.
El lugar parecía desértico, entre las antiguas casas, la falta de personas por los pequeños y estrechos callejones que conformaba el pueblo y el absoluto silencio, hacía que el ambiente fuera frio y poco acogedor. Tras deambular un rato en busca de alguien que pudiera responder a las preguntas se topo con un pequeño grupo de ancianas las cuales estaban sentadas en medio del camino en unas sillas de madera formando un amplio semicirculo.
-Buenas joven, tu no eres de por aqui. ¿De donde eres? — pregunta una de las anciana que parece la mas mayor de todas al ver llegar a Ghakon.
-Buenos dias señoras, vengo de un lugar lejos de aqui pasados los bosques. Suelo ayudar a pueblos como el vuestro contra ciertas criaturas que merodean y atacan a dichos pueblos pero veo que no tienen ningun rastro de esas criaturas por aqui. — dijo Ghakon algo extrañado
-Con que vienes de lejos, entonces toma asiento y come algo mientras te contamos la historia de nuestro pueblo. — dice la anciana mas ancha mientras se levanta y se dirige hacia una de las puertas de las casas que tienen las ancianas a sus espaldas.
La anciana tras entrar en la casa saca una silla de madera identica a las demas y mientras esta iba a por la silla otra de las ancianas se dispuso a entrar en otra casa para mas adelante sacar un plato llenos de algun tipo de guiso. Ghakon se dispuso a sentarse y a comer el guiso sin mucha duda.
-En este pueblo, antiguamente habia cientos de criaturas como en los demas pueblos. — comenzo a contar la anciana que le trajo el plato mientras se sentaba en su silla
-Si, pero un dia llego un apuesto hombre que instalo unas piedras rodeando el pueblo, eran como piedras preciosas que brillaban de un color rosado al contacto con la luz del sol. El nos dijo que esto prevendria a todo ser con malas intenciones y asi fue, a pesar de que dichas piedras actualmente estan cubiertas de musgo y algo deterioradas por la naturaleza siguen haciendo la funcion que nos dijo Ozimandias el hombre que nos ayudo y actual director de la escuela Meridiem, la escuela de cazadores al oeste de aqui. — continuo otra de las ancianas situada a dos sillas a la izquierda de Ghakon.
Tras esto interrumpe la conversación un hombre algo mayor de unos cincuenta y largos años llevando algo que se asemeja a una carretilla pero esta era metalica y flotaba a varios palmos del suelo.
-Buenas, vengo a traer el cargamento de comida del mes de parte de la escuela Meridiem donde os biene mejor que lo deje. — dijo el hombre mientras empujaba suavemente dicho carro metalico.
Ghakon alucinado al ver dicha invencion metalica que se le escapaba de su entendimiento lo tuvo claro, debia viajar a esa escuela y averiguar como es que todo eso funciona y también hacerle varias preguntas a ese tal Ozimandias el cual no lo tenia contento.
-Perdone, si no es mucha molestia, cuando termine de descargar podria indicarme el camino hacia Meridiem. —dijo Ghakon mientras se levantaba de la silla y se acercaba al hombre.
-Claro, de hecho una vez termine de dejar todo aqui vuelvo en la misma dirección asi que podrias acompañarme. — dijo el hombre mienteas descargaba las cajas de comida donde una de las mujeres mayores le habia indicado con anterioridad.
Ghakon tras oir eso comenzo a ayudarlo para partir lo antes posible y asi fue. Tras dejar todos los paquetes en el lugar indicado Ghakon y el repartidor partieron hacia Meridien tras despedirse de las amables ancianas y agradecer por el plato de comida.
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Más Allá Del Velo De La Muerte
FantasíaEs mi primera historia la cual esta sacada de mi cabeza y con referencia en muchas obras, situada en un mundo magico donde un grupo de cazadores pasan por miles de aventuras