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-¿Y me vas a contar qué paso?.

Jimin llevaba más de cuarenta minutos en la casa de su mejor amigo esperando a que éste le dé la gana de decirle lo que había pasado con su pequeño. Yeonjun le había enviado un mensaje por kakao, diciendo que viniera a su casa después del colegio a estudiar.

Obvio que el azabache pensó que era una broma de su parte, ya que eso nunca había pasado antes. Yeonjun no tocaba ningún libro a no ser de que esté a punto de llevarse la materia y, por lo que sabía, éste estaba teniendo notas promedio y no se necesitaba preocupar. Pero no había apartado su vista del libro y lo estaba asustando. Ese no era su amigo.

-No me digas que de verdad vamos a estudiar.- se rió a medias para llamar la atención. -Vamos, Yeonjun~, ¿desde cuándo tú decides agarrar un libro que no tiene dibujos?

No obtuvo respuesta. Cansado de que no le respondiera, le saco el libro de sus manos y lo tiró por algún lado de la habitación.

-Habla ahora o calla para siempre, Choi.- después de sus acciones y palabras logró obtener el interés de Yeonjun y no en ese jodido libro de química. -Mierda, hermano, por un momento pensé que estabas muerto. Desde que llegué no has dicho ni una jodida palabra.

Yeonjun suspiró y se acostó en su cama, pero antes soltó un suspiro, Qué insoportable, eres peor que mi madre, lo suficientemente fuerte para que Jimin escuchara,pero solo lo ignoró.

-¿Ahora vas a explicarme por qué mierda decidiste cambiar tu color de pelo a diarrea y que pasó con tu amorcito?.

-No parece diarrea, tarado.

-¿Acaso no te miraste al espejo? Tiene un tono a diarrea.

Yeonjun ofendido se tocaba el pelo. Agarró su celular y puso la cámara para verse como si fuera un espejo. Su pelo no parecía caca. Además, a Soobin le gustaba de esa forma. Así que no importaba lo que dijera el azabache.

-¿Me vas a contar lo que pasó o vamos hacer que nunca te saltaste las clases para estar con Soobin?.

Escuchar el nombre del chico provocó que un color rojo subiera a sus mejillas adornado de la sonrisa de bobo que tenía. Jimin no se sorprendió, siempre cuando hablaban de él tenía la misma expresión. Parecía un niño con su juguete nuevo. Lo único que pudo hacer fue sonreírle pícaro desde el piso.

-Amigo, ¿qué hiciste ahora?.- movió sus cejas de arriba abajo y se levantó para sentarse al frente de su amigo.

-O qué no hice.

-Que pervertido, ¿¡te lo tiraste en la escuela!? Pero ese chico es la pureza en vida.- Jimin estaba sorprendido. Sabía que esa no iba a ser la primera vez que Yeonjun lo hacía con alguien en un lugar público, pero viniendo de Soobin le sorprendía.

Ese chico era más inocente que un bebé.

-¿Que? No, ¿qué decis? Nunca haría eso con Soobin.- lo miró con enojo, -y menos en la escuela. Su primera vez conmigo va a ser especial, créeme, ya tengo todo planeado; va a venir a mi casa y...

-No sigas, ¿si? No quiero saber nada de eso, por Dios.- tenía una mueca de disgusto en sus labios. Su amigo era un pervertido total cuando quería. -Ahora, dime qué hiciste, me estoy muriendo de la intriga.

-Está bien, está bien.- éste tomó aire y soltó un largo suspiro. Con solo recordarlo se emocionaba. -Me confesé.

-No te creo.

-Y lo besé.

-¿¡Qué!?.

De lo sorprendido que estaba pegó un grito. Definitivamente no se esperaba eso. Su amigo era igual de cagón que Shaggy, ¿en serio se había confesado? Imposible. Pero, al ver la cara de su amigo que tenía los labios apretados tratando de no soltar una risa, quizo creerle. Jimin y Yeonjun empezaron a gritar al mismo tiempo. Se pararon y abrazos saltaban y giraban.

MINE || YEONBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora