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Wei Wuxian era un Dios desde hace mucho tiempo, tanto como para decir que han pasado tantos años, que las dinastías no son más que recuerdos y la cultivacion no es más que los pasos de un niño pequeño.

Ha sido bueno, ha sido malo. Lo han llamado demonio y lo han alabado como pureza misma. Esta cansado. Esta agotado. Esta muerto. ¿Si no puede morir, como es que tiene vida?
Es solitario. Las tristezas que algunas vez hubo a sentir, este milenio ya han sido olvidadas.
Recuerda voces y modos, pero ha olvidado las caras. Recuerda eventos borrosos, pero ha olvidado lo demás.
Sonríe a veces, pero son risas pasajeras por placeres propios y no compartidos como él quisiera.

Quiere morir. Ha vivido demasiado tiempo.
Lo cierto es que cada vez que baja a la tierra para morir encuentra todo tipo de sabores y olores que quiere disfrutar, todo tipo de dolores y todos tipo de placeres tan pequeños que no puede ignorar. Todo... a todos.

Se da a la tarea de encontrar a las reencarnaciones de sus viejos amigos. A veces las encuentra, a veces las ayuda, algunas veces las ha tenido que matar.

Quiere morir. Quiere desaparecer. No tiene sentido. La primera vez que regrese con mis recuerdos intactos fue buena, la segunda fue tortuosa y las que le siguieron fueros desgastantes.

Ha pasado tanto tiempo... Ha alcanzado el pináculo de sí mismo. A encontrado rivales maravillosos y rivales sanguinarios, ha encontrado amigos leales y otros traicioneros... Y se enamoró. Se enamoró una vez.

Consiguió amar en su segunda vida. Ya no lo recuerda. Por más que trato de ahogarse en su perfume, por más que intento perderse en su boca, por más que apricionó su imagen en sus ojos. No pudo... No puede recordar su voz, no puede recordar sus rasgos, no puede recordarlo más allá de una silueta baga de un hombre de pelo negro y piel clara.

Solo le queda el sentimiento. Solo atesora el sentimiento. Solo... Le queda un recuerdo de una sienta blanca ondeando en sus manos suavemente contra el viento.

Esta persona, recuerda, no reencarno una sola vez más. Al parecer, su última vida para ascender fue él mismo.
Esto aprendido al final de muchas preguntas al cielo nocturno y luego de ahogarse en el medio del mar en alguna de sus vidas pasadas más cercanas.

No sabe que significa ascender sí aún está atado a este plano. Ni sabe si él aún lo recuerda.

Esta llorando. Ha visto como la civilización humana se a destruido y reconstruido varias veces, ¿Lo extraño? Siempre llegan a lo mismo. Cómo si recordarán. Cómo si él no fuera el único que vive vida tras vida atado al suelo.

Esta llorando al lado de la calle. En un pequeño callejón. Su cabello está suelto y largo, lleva una camisa roja y pantalones obscuros. Nadie se le acerca; es lo general.

Al levantarse seca sus lágrimas y golpea sus mejillas. A la luz del sol parece brillar una cinta blanca atada a su antebrazo que da varias vueltas para luego amarrarse en la muñeca.

No es la original, pero es lo suficientemente buena.

Sigue su camino.




No tiene nada que ver con la historia principal, pero es algo pequeño que se me ocurrió.

¡Todos Estan Renaciendo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora