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-Jungwon, Jungwon.
Abrió los ojos lentamente, encontrándose con el rostro preocupado de Jay. Un destello azulado y muy fugaz cruzó por los ojos del chico. Y Jungwon apretó los párpados nuevamente, mientras se incorporaba con rapidez.
-Jungwon, abre los ojos.
La voz de Jay sonó suave y sigilosa, lo cual le dio la confianza suficiente para hacer lo que le pedía. Abrió los ojos, más lento de lo necesario, encontrándose de nuevo con la mirada de Jay.
-¿Estás bien?
Sus ojos lo escudriñaban con insistencia.
-¿Qué significan todo esos colores?
Jay estaba seguro de que había palidecido ante esas palabras. Desvió la mirada y se separó un poco, con el corazón latiendo a su máxima velocidad. Sabía exactamente a lo que se refería Jungwon pero, ¿cómo era posible que él lo supiera?
-Sé que tú también los ves.
Susurró el chico, y Jay volvió a mirarlo. Se veía indefenso, cansado, pero no parecía asustado en lo absoluto. Jay estaba realmente confundido. Sí, había visto el color rojizo en los ojos de Jungwon, mezclado con matices amarillos y algunas sombras aisladas y negruzcas, pero seguía sin comprender cómo es que el chico había podido verlos también.
-Tus ojos se pintaron de rojo, también pude ver algo de naranja y rosado...
Jay pudo sentir la confusión creciendo aún más en su pecho. Jungwon había visto colores en sus ojos, pero estos habían sido distintos de los que él había podido ver, con excepción del color rojo.
-Yo... no entiendo. No...
Pero su celular comenzó a sonar antes de que pudiera seguir hablando. Lo sacó de su bolsillo y su pulso se aceleró al mirar la pantalla encendida. Heeseung estaba llamando.
Miró a Jungwon, sus ojos estaban fijos en el aparato, que seguía sonando. Jay respondió, colocando el altavoz.
-¿Hola?
-Jay.
Heeseung sonaba bastante alterado.
-Jungwon salió de casa temprano en la mañana y no ha vuelto. Mamá y papá están preocupados, y yo también. ¿Has sabido algo de él? ¿Sabes dónde podría estar?
Miró a Jungwon; movía la cabeza de un lado a otro y sus ojos le rogaban, de alguna manera, que no dijera nada.
-Ammm... Hablé con él hace un rato. Estaba en casa de un amigo.
-¿Sunghoon?
Jay volvió a mirar al chico, este asintió.
-Eso creo.
-¿Estás seguro? Acabo de hablar con él y no me dijo nada.
-No te preocupes, debe estar camino a casa justo ahora. Cuando hablé con él, estaba a punto de salir.