Izuku ha escuchado historias de alfas Subvertic antes. Se les conoce como tales porque tienen el don de la subversión: derrocar, socavar y destruir a la gente de adentro hacia afuera. Sus aromas son tan fuertes que son hipnóticos y, en muchos casos...
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Shinsou toma una respiración profunda, inhalando el aroma de las lilas y las mamás. Los jardines del castillo son realmente hermosos en primavera ... Sería bueno traer a Izuku aquí con él pronto. El omega siempre ha disfrutado de la belleza del terreno.
Pasa junto a las flores y sale por las puertas en busca de las hierbas que les faltan en el laboratorio de alquimia. No es frecuente que él mismo busque estas cosas; A Izuku generalmente le gusta usar la búsqueda como una excusa para explorar fuera de los muros del castillo, pero desde que regresó de ... bueno, desde que regresó, Hitoshi se ha hecho cargo de la tarea él mismo.
A Izuku no se le ha permitido salir al aire libre desde el incidente, no es que tenga interés en hacerlo estos días.
Hace un nudo apretado en el estómago de Hitoshi, la preocupación se hunde profundamente en su interior. Ya no puede evitar estos sentimientos, estos pensamientos. Su cerebro está constantemente preocupado por Izuku, y simplemente no puede quitarse el omega de su mente. Es frustrante y confuso, y le gustaría poder decir que quiere que esta nueva obsesión desaparezca, pero no es así. Realmente no.
Claro, siempre ha amado a Izuku de alguna manera. Pero esa forma ciertamente no era ... así. Un lado de su nariz se arruga en un gruñido mientras se irrita con su propia debilidad. Ni siquiera puede decir que quiere dejar de obsesionarse cuando sabe que estos sentimientos no son reales. ¿Qué tan patético es eso?
Cuando llega al primer punto de referencia en su camino hacia el parche que necesita, pasa el gran roble cerca del borde del terreno. Es el árbol de Izuku, bajo el cual el príncipe tiende a sentarse y pensar debajo durante su tiempo libre. Hitoshi se detiene el tiempo suficiente para considerar sentarse debajo de él, solo para poder decirle a Izuku que lo había intentado en su honor, pero en el momento en que se instala cerca de las raíces, un sonido lo sobresalta desde adelante, en la maleza.
Su mirada lavanda se eleva justo a tiempo para ver un resplandor carmesí, unos colmillos afilados que se rompen antes de que un rugido estalle entre ellos. Sus propios ojos se abren de par en par cuando el suelo golpea su espalda, con un peso pesado y un aliento caliente sobre él.
"¿Quién diablos eres tú?" el alfa gruñe. Sus feromonas son amenazantes ahora que está de cerca. Hitoshi nunca ha sido bueno para olerlos desde lejos, siendo un beta y todo, pero este ... Este aroma no podía perderse incluso si lo intentaba.
La sorpresa se aferra a su garganta, una desafortunada coincidencia considerando la mano que la agarra ahora también. El alfa se cierne sobre él, gruñendo, un estruendo en su pecho reverberando con tal fuerza que Hitoshi puede sentirlo en el suyo.
"Contéstame", ordena el alfa.
Hitoshi tose, los ojos llorosos. Este alfa idiota le está cortando las vías respiratorias mientras le pide que hable, y está cabreando a Hitoshi. Obviamente, no puede decirle quién es sin viento para pronunciar las palabras. Entrecierra la mirada con ira, muestra sus propios dientes. Sus colmillos no son tan grandes ni tan afilados como los del alfa antes que él, pero la intención es clara.
