ᴘʀᴏ́ʟᴏɢᴏ

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ANTES DE LEER QUIERO ACLARAR ALGUNAS COSAS:

| Esté fanfic contendrá material +18 |

| Esté fanfic también contendrá los |
siguientes temas:

· Violación
· Acoso sexual
· Secuestro
· Asesinato
· Tortura
· Maltrato
· Suicidio
· Aborto
· Blood/Gore
· Agresión
· Corrupción
· Sexo
· Negligencia
· Manipulación
· Enfermedades psicológicas

| Si no te gusta este tipo de contenido o |
eres sensible. Te recomiendo no leer esté fanfic y no reportar la historia

| Mi intención no es normalizar y |
aceptar algunos de estos temas, este fanfic está hecho con el único fin de entretener

| Las copias y adaptaciones quedan |
prohibidas

| Los personajes le pertenecen a |
Masashi Kishimoto

¡GRACIAS POR SU ATENCIÓN!

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Maldición, maldición, maldición. ¿Por qué estoy en esta situación? ¿Por qué? ¿Cómo es que llegue a esto? Ni siquiera debía pasarme esto. Solo fui por un momento a casa de Temari y me veo en esta situación. ¿Qué es lo que le pasa a la gente ahora? Mis días van de mal a peor. Un agrio suspiro abandona mis labios quebradizos.

Creo que es mejor estar muerta a tener unos días de mierda.

—¡Ahg! ¡¿Por qué cada vez que hago algo sucede algo malo?! Comienzo a arrepentirme de haber venido a tu casa, Temari—suelto jadeante a la nada, sin dejar de correr mientras trato de escapar.

Necesito despistarlo. Hacerle pensar que iré en la misma dirección y así pueda escapar de el. Corrí hacia un callejón, sin embargo, no fue hasta entrar en él que logré percatarme de la pared al final. Un camino sin salida.

—Mierda... solo me queda una opción—logré divisar un contenedor grande a un costado del callejón. Suspiré, Gai sensei, espero y sus ejercicios en la clase de educación física hayan valido la pena.

Salté sobre el bote de basura, brinqué la pared y caí de rodillas al otro lado. Una mueca de dolor se adueñó de mis facciones, solté un gemido de dolor y supe que mis rodillas estarían llenas de raspones. Es preferible tener raspones que ser perseguida por un extraño. Tengo que continuar.

Me levanté decidida a continuar con mi carrera, impávida al dolor de mis piernas y al miedo. Creí que esto solo pasaba en las películas de terror y no en la vida real, ahora se como se sienten las protagonistas al ser perseguidas por un extraño; es una porquería.

Siempre dije que era una ridiculez cuando veía películas de asesinatos. Esas donde un extraño persigue a la chica para matarla pero, en mi caso, de verdad está pasando. Joder, no vuelvo a criticarlas nunca más.

Debo tranquilizarme, si me desespero caeré en pánico y lo más probable es que logre hacer que me asesinen o me secuestren—¡No! Mierda, no pienses en esas cosas—me reproché; no es el momento, tengo que seguir con el plan si quiero alejarlo de mi.

Ya había corrido por toda la cuadra, suponía, por casi 10 minutos. Me costaba respirar, mi respiración era agitada y el frío de la noche no ayudaba. Sin embargo no estaba para darme por vencida.

El dolor de mis piernas me dificultaba correr, necesitaba descansar y tomar aire pero... no puedo detenerme ahora. Sabía que era el momento para tomar otra dirección e ir a pedir ayuda. Pero, al momento de retomar mi huida, mi cuerpo logra estrellarse con algo, o más bien, alguien.

—Uh, ¡lo siento!—jadeó aturdida por el golpe. Como un click, mi mente reacciona y me obliga a retomar mi respiración agitada—¡Por favor, ayúdeme! Un tipo me está persiguiendo...

Al intentar ver el rostro de mi acompañante logre darme cuenta de que era el mismo sujeto que me perseguía; no podía verle el rostro sin embargo, pues estaba cubierto por un cubrebocas y una gorra, pero su figura y vestimenta era la misma que había logrado distinguir mientras huía.

—Im-imposible... ¿cómo es que...—Lo mire horrorizada, como si hubiese visto a un fantasma. Mis ojos se volvieron llorosos mientras mi mirada era de confusión pura.

Aprovechando mi estado conmocionado, él sacó ágil una clase de pañuelo y se apresuró a colocarlo en mi boca antes de cualquier tipo de movimiento por mi parte. Un grito quedó atorado en mi garganta mientras sentía como todo a mi alrededor poco a poco cedía a un estado de mezcolanza.

¿Así termina todo para mi? ¿Voy a morir así? No pude despedirme de mis padres, de mis amigos... no pude decirle un último adiós a Shikamaru y a Naruto.

El cloroformo tenía un efecto rápido y eficaz. Sin embargo, antes de sucumbir a la nada, un susurro se escurrió por la gélida noche. Fue suave y simple. No sabía que sería el inicio del infierno.

—Lo siento, _____.

Alcancé a escuchar antes de quedar inconsiente.

Alcancé a escuchar antes de quedar inconsiente

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31 DAYS IN HELL || 𝐒𝐚𝐬𝐮𝐤𝐞 𝐔𝐜𝐡𝐢𝐡𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora