Una pelea interna entre países, estas causan guerras, para las guerras se necesitan soldados, los soldados necesitan ser fuertes, y para ser fuertes necesitan ser preparados.
En un punto ciego del mundo, niños son forzados a prepararse para pelear...
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Después de despertar de un largo sueño del que ni el mismo se había dado cuenta, se levantó inmediatamente cuando recordó al instante sus últimos momentos de conciencia, las lágrimas de su madre, las suyas, las burlas de los secuestradores, entre otros.
Al frenar sus pensamientos, visualiza el entorno a sus alrededores, demasiado estrecho al parecer, el interior de un gran contenedor les tiene cohibidos, y habla en plural porque al parecer el no es el único allí, si cuenta con la mirada parece que acompañándolo hay entre otros 15 niños, todos de entre los 8 y 13 años.
Algunos estaban llorando y quejándose, otros estaban hipando, al parecer por sus ojeras y ojos hinchados ya se han cansado de derramar lágrimas, algunos intentan mantener la calma luciendo fuertes, Takemichi quiere ser de estos últimos pero los sentimientos lo traicionan y termina derramando mares de agua salada intentando que sus quejidos se mezclen con los otros.
Tal parece que para lo que sea que estén ahí, no es nada bueno y a pesar de ser niños, ellos lo saben.
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Ya han pasado alrededor de tres horas desde que despertó, los chillidos de los niños han cesado, algunos duermen y otros solo se mantienen despiertos y con la mirada perdida, lo único que se puede escuchar es el motor de lo que parece ser un vehiculo pesado, obviamente un trailer, que seguía avanzando llevandolos hacia quien sabe donde.
Tenían hambre y sus estómagos rugían, como si hubieran escuchado sus plegarias notaron que habian abierto las compuertas de el contenedor, sobre sus mentes pasó el pensamiento fugaz de que ya saldrian de ahi, pero este decayo al solo ver a un sujeto que les arrojó dos bolsas negras de gran tamaño, obviamente algunos al ver las grandes puertas metálicas abiertas hubiera salido corriendo a cualquier lugar menos ahí, lo reconsideraron al ver que detrás del tipo que les arrojó los sacos había otros dos, pero estos tenían rifles ligeros, los hombres al no ver movimiento volvieron a cerrar ambas puertas.
Las bolsas contenian sandwiches baratos y botellitas de agua, al ser niños no se molestaron en repartirlos y tomaron los que se les vinieran en gana, al ser egoístas eso significo que algunos se quedaron sin ración, Takemichi por pura suerte terminó tomando uno de cada uno.
