Desde su llegada y la de los otros, se estableció un horario de labores que se aplica para todos, y quien no lo respete será castigado. El horario consiste que de 8 am a 1pm se realizarán trabajos físicos y de construcción; estos en general son para cumplir encargos de otras ciudades, debido a la gran ventaja de que el complejo está en un punto ciego de los mapas de terreno, es un lugar ideal para conseguir recursos fantasma; y también en la reparación y mejora de la institución, este refiere en arreglar paredes, poner vallas o limpiar sangre derramada por las peleas entre los miembros.
De 1pm a 5 pm realizarán entrenamiento básico de lucha y defensa personal, práctica de puntería con armas y prácticas de pelea entre los miembros. 5 pm en adelante será un horario libre para entrenarse, estudiar u otras actividades por cuenta propia. Solo hay dos comidas diarias entre horas además de que solo se tienen 15 minutos de tolerancia para comerla.
Hoy al atardecer se pueden ver algunos chicos mayores ocupando algunos campos de entrenamiento para preparación propia o enseñando a los más pequeños a prepararse, ahora eso no tiene relevancia, aparte de los campos de entrenamiento todos los espacios estaban desolados, a excepción de el campo de terracería que se encontraba en la parte trasera de los edificios más alejados.
Normalmente nadie usa estos terrenos para nada ya que están descuidados y son muy montañosos e inestables, pero en este espacio desierto se podía observar a una silueta, esta era delgada y altura promedio, mirando detenidamente podías ver que era un chico de tez blanca, cabello negro, obvios ojos azules.
No sería tan extraño verlo si este ahora mismo no estuviera rodando por el suelo para finalmente impactar en el duro suelo arenoso.
—Ay! Eso dolió, No tenías que ser tan dura bruja!— se sobaba la cabeza mientras se levantaba, esto ante la mirada burlona de la mujer de edad mayor a unos metros de distancia.
—¡No seas un llorón! ¡Ni siquiera use toda mi fuerza!—exclamó la mayor, esta tenía cabello rojizo y ojos del mismo color, contaba con un cuerpo bien formado casi inotable debido a su holgado traje médico.
El sol se ocultaba y aún faltaba alrededor de 2 horas de entrenamiento para el chico pelinegro. Su mentora le estaba enseñando cómo evadir un ataque, obviamente no lo hacía pasó a paso como cualquier persona, pues si el chico era lo suficientemente bueno observando como lo había estipulado, este sería capaz de ver que tipos de movimientos hacia ella para recrearlos el mismo. Así que a causa de la prueba y el error este salía volando cada vez que sus ataques fallaban en contra de la enfermera.
—¡Bien!¡Terminamos, necesito explicarte un par de cosas importantes que debes saber—. La mujer mayor camino hacia el chico colocándose frente a el, Takemichi no podía evitar estar nervioso ante la mirada afilada de su maestra.
—Hay una serie de mandamientos que diferencian entre un peleador de élite y un peleador salvaje, el peleador salvaje será peligroso pero un peleador de élite lo será más, después de todo que es la fuerza sin la estrategia?—. Takemichi solo levantó una ceja, la mujer soltó un suspiro.
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NÚMERO #56 |Reescribiendo|
FanfictionUna pelea interna entre países, estas causan guerras, para las guerras se necesitan soldados, los soldados necesitan ser fuertes, y para ser fuertes necesitan ser preparados. En un punto ciego del mundo, niños son forzados a prepararse para pelear...