Capítulo 34

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James Stevenson y Chris Harmon se inclinaron al frente con la intención de prestar la máxima atención a la persona que estaba sentada frente a ellos de manera imponente y con confianza, como si lo que estuvieran haciendo en ese momento no fuera más que un juego de niños.

Ahora toda su atención estaba puesta en aquel hombre.

─ Todos aquí sabemos lo que pasa ─. Niimura apoyó sus codos sobre sus rodillas inclinándose hacia adelante mientras una sonrisa apenas perceptible aparecía en su rostro ─. Ellos están aquí para matarme, y no se irán hasta que lo consigan...

─ ¿Qué es lo que necesitas de nosotros? ─. James habló con voz imponente y grave, haciéndole honor a su aterradora imagen. Niimura ensanchó su sonrisa de manera escalofriante, haciendo que un escalofrío recorriera la espalda de ambos presentes.

─ Quiero que acaben con esos bastardos de una buena vez.

Una sonrisa apareció en el rostro de Chris al escuchar la declaración de Niimura. El sonido de sus nudillos al tronar se escuchó por la habitación con fuerza, como si estuviera ansioso por poner sus manos sobre alguien y destrozarlo.

─ ¿Qué ganaremos nosotros? ─ James también tenía una sonrisa en el rostro, le gustaba el rumbo que la conversación había tomado, pero necesitaba que Niimura le asegurara una ganancia o no tendrían una razón para tenderle una mano en esa situación.

─ Les daré más del 80% de los niños que tengo en mi poder, y podrán llevarse a esos dos como un regalo ─. Niimura se recostó de nuevo en el respaldo de la silla mientras veía cómo la sonrisa de ambas personas frente a él crecía como si de un par de hienas se tratara, en sus ojos el deseo destelló con fuerza, haciéndole saber a Niimura que tendría su apoyo garantizado.

─ ¿Los matamos? ─ La respiración de Chris ahora se había vuelto más pesada y su pierna se movía de arriba hacia abajo con ansiedad, Niimura sonrió al sentir la sed de sangre que desprendía aquel hombre.

─ Me da igual lo que hagan con ellos ─ espetó mientras se encogía de hombros en un ademán despreocupado por ese tema.

Los ojos de James destellaron con emoción al escuchar esas palabras salir de la boca de Niimura, quien parecía más que alegre de saber que ellos se sumaban al plan.

─ ¿Cuál es el plan? ─ James preguntó arrugando su rostro al ver cómo Niimura se levantaba de su lugar.

─ No te preocupes por eso; se los comunicaré en cuanto obtenga más detalles. Ahora solo deben esperar ─. Niimura salió de la puerta dejando a ambas personas en silencio.

─ Esto será divertido.

Kenma retorcía sus dedos con ansiedad, estos se estrujaban entre ellos intentando que el clásico sonido y alivio resonara en el aire, pero el haberlo intentado dos minutos atrás le había quitado la esperanza de poder sentir un poco de calma.

Habían pasado 3 días desde que Niimura no aparecía y eso los tenía más preocupados que antes. La duda de si sabía lo que pasaba o no tenía al trío con los nervios a flor de piel, haciendo imposible poder conciliar el sueño con calma últimamente, por lo que Kenma había decidido salir de aquel edificio por esa noche.

Intentaría relajarse un poco fuera de aquellas cuatro paredes que funcionaban como una pequeña fortaleza para el pelilargo.

La pesada mochila sobre sus hombros mientras su mirada se posaba en el suelo evitando chocar miradas con alguien más, pese a que no había ni un alma por las calles a esa hora, era la imagen que se podía observar por aquellas calles conocidas para el pelilargo. Esta vez había decidido salir un poco más temprano a comparación con otras veces.

The Mission NK19 / Kuroken Donde viven las historias. Descúbrelo ahora