FIRE EYES || REBORN [BNHA]

CAPITULO 4.

-¿Qué hace el aquí?

El azabache observaba desde el marco de la puerta y con los brazos cruzados como aquel hombre delgado y alto de piel pálida con cabello negro desordenado hasta los hombros ayudaba a su madre para que desayunara.

Tenía demasiadas preguntas en su cabeza, como del por qué aquel hombre estaba en su casa y se portaba algo extraño con ella, como si ya la conociera desde hace tiempo. Agito su cabeza despejando aquellos pensamientos, ahora necesitaba enfocarse en el hombre y más siendo el que lo avergonzó frente a sus compañeros de clase, Aizawa Shota.

-Es Aizawa, querido- respondió cálidamente su madre mientras sostenía su desayuno sobre sus piernas- El me ayudará en los deberes de la casa, no puedo hacer mucho movimiento e incluso te mantendrá bajo vigilancia mientras me recupero- la pelirroja hizo una mueca algo decaída mientras bajaba la mirada- Por mi culpa te he metido en problemas, ahora temo en que alguien pueda hacerte daño.

El chico se mantuvo en su lugar sintiendo aquella opresión de su pecho al ver como aquella mujer de cabellos rojizos soltaba lágrimas de culpa. Observo su reflejo en uno de los floreros, observando a Daisuke con un semblante decaído.

Bufo con fastidio y rodo los ojos. Sin embargo, tenía que actuar como el, aunque le costara su dignidad, pues sabía que el chico era de un carácter dulce y tranquilo, todo lo contrario, a el: -No te preocupes, mamá- el azabache mostro una sonrisa forzada, mientras ladeaba su cabeza- Ahora yo cuidare de ti, mejor que el- miro de reojo al mayor, mientras escuchaba un bufido de este.

La de orbes celestes no evito sonreír tiernamente al ver a su hijo parado en la puerta de su habitación, mientras miraba con recelo al mayor, por lo que extendió sus manos hacia él, esperando que su hijo llegara con ella.

Leonardo sintió como sus pies se movían a dirección con ella, reprochando internamente el control de Daisuke sobre él. Se situó a lado de su cama y se inclinó un poco para aceptar aquel abrazo maternal, sintiéndose incomodo al notar la mirada burlona de Aizawa sobre él.

Al sentir el control nuevamente, rompió aquel abrazo y miro a la pelirroja con una sonrisa apenada, sin embargo, esta se borró al escuchar un carraspeo.