.parte 3.

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— ¿Por qué tiemblas?, ¿Tienes miedo? — Armin fue directo.

— !Por supuesto que no!.

— Mmmm mientes, te tiemblan las manos Eren.

— Es- - !esto es por el frío tengo las manos súper heladas! — Le respondio.

— Eren, escucha. No es malo tener miedo, es normal, todos le tenemos miedo a algo — Sara le dijo — No te tienes que sentir avergonzado por tener temor.

— Y dale,!que no tengo miedo Sara!.

— Yo...también tengo miedo sabes — Miro a Eren a los ojos y el vio su mirada. No le estaba mintiendo en absoluto — Mi miedo es perder a la gente que quiero, por eso estoy preocupada. A si que deja de ser tan valiente y gallito que en el fondo eres un niño asustado.

— Como has --  — No acabo la frase ya que Sara le sonrió de lado y el cerro sus ojos agachando la cabeza. Le estaba animando de la forma en la que tenían ellos.

— Sara tiene razón Eren. Mira, yo tampoco puedo parar de temblar, ¿ves?. ¿Alguna vez os han dado miedo los titanes?. Por que lo más normal es que nos aterren, recuerdo la primera vez que me en frente a uno me quedé paralizado por completo, pero tu Eren me sacastes de la boca de aquel titan... ¿como fuistes capaz hacer algo a si? — Sara escuchaba atenta,Armin era muy listo pero también con miedos eso es lo que Sara pensaba.

— Por qué me acorde de cuando me enseñastes aquel libro. Hasta entonces no pensé que había más allá del muro Maria. Me dedicaba a ver pasar las nubes por el cielo, hasta que te oí hablar aquel día. Vi tus ojos, tu soñabas y eso te hacía feliz, mientras que yo no tenía nada entonces descubrí, que no era libre.Me hizo darme cuenta que vivía en una jaula dentro de un mundo inmenso por que unos seres incomprensibles me habían arrebatado la libertad. En cuanto lo supe me negué a permitirlo, aun no se por que...pero si es para poder recuperar mi libertad...siento que la fuerza bulle en mi interior — Se dio cuenta que dejó de temblar y sonrió — Muchas gracias, ya estoy mejor. A lo mejor el año que viene por estar fechas estamos viendo el mar — Sonrió hacia Armin. El asintió.

Sueños...Armin te envidio, tienes un corazón puro y noble — Miro el suelo y Mikasa lo noto.

— ¿Sara?.

— No es nada, sólo que...he olvidado lo que es soñar. Pero escuchando a Armin me siento feliz sabiendo que al menos uno de nosotros aún sueña y no tiene sed de venganza.

— Si, eso es verdad. Pero tu tenias el sueño de viajar por todo el mundo.

— Si pero, ya no se si quiero eso.

— Entonces Sara que es lo que quieres.

— No lo se. Si ni siquiera se quien soy como voy a saber que quiero Mikasa — Sara cerro los ojos y Mikasa la miraba con los ojos entre cerrados y miró a su alrededor. Se paro un momento — ¿Mikasa? — Sara paro de andar también.

— Este sitio me suena, no te dice nada este sitio — Miro a su alrededor ambas chicas.

— ¿Aquí no venías a buscar leña y yo te ayudaba? — Sara recordó esos árboles y el lugar.

— Si.

— Se ve el pie de la montaña y los restos de un camino — Un soldado alertó a todos.

— Eso significa... — Sara miró a los tres.

— Si, casi hemos llegado — Eren la miró de reojo.

— Oigo el agua del río — Mikasa le siguió.

— Hemos vuelto...hemos vuelto los cuatro, no lo veíamos desde aquel día. Por fin, hemos vuelto a casa — Armin sintió nostalgia. Sara se puso a su lado y suspiro, era extraño, después de muchos años volver en donde todo comenzó.

LA HIJA DEL CAPITÁN LEVI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora