¿Está mal intentar ligar con chicas en un pub?

Capítulo 15: Epílogo

Descargo de responsabilidad: No soy dueño de DanMachi ni de ninguno de los personajes originales de Omori, ni obtengo ningún beneficio de mi escritura.

Cuatro años, siete meses, 23 días, 13 horas, 47 minutos, 16 segundos después:

Bell se paró justo detrás de una niña sentada mientras examinaba la hoja de papel frente a él con ojo crítico. Sus dos cejas blancas estaban fruncidas, ensombreciendo sus ojos rubí. Tarareó pensativo y se pasó una mano por la barbilla.

La chica que tenía delante llevaba un suéter grande; un paño suave, heathered roja que ella prácticamente nadaba en. Las mangas eran demasiado largo para los brazos (dándole suficiente espacio para nadie bofetada que le había hecho daño con unos treinta centímetros de tela) y su cola sólo se acaba asomaban la parte inferior de el dobladillo. También llevaba una falda larga, hecha de una tela negra mate que terminaba justo por encima de sus tobillos. Se veía increíblemente cómoda como si se hubiera puesto un chal en las sábanas de su cama y hubiera salido corriendo por el día.

Si estaba siendo honesto consigo mismo, Bell estaba más que un poco celoso.

La ciudad se había vuelto más fría recientemente a medida que se acercaban los meses de invierno y los vientos amargos eran cada vez más frecuentes. Tenía abrigo, por supuesto. No se le permitió hacer nada ni remotamente peligroso, no con Aiz cerca. Sin embargo, no lo estaba usando en este momento y el aire seguía siendo frío incluso dentro de la taberna donde vivían él y su hermana.

El clima todavía estaba en esos meses incómodos en los que hace suficiente frío como para morder la punta de los dedos y recordarle '¡oye, los guantes son una cosa!' pero no hace tanto frío como para arrojar algunos leños a la chimenea.

Se oyó un suave parloteo en la habitación; uno que había llegado a ser asociado con la Anfitriona durante sus horas de café (Bell no pudo evitar sentirse un poco amargado porque la charla no se mezcló con el crepitar de un fuego. Técnicamente fue su culpa por no vestirse abrigado) , Le había advertido Aiz mientras intentaba desesperadamente atarle un pañuelo al cuello). Era un sonido que a menudo lo adormecía con una falsa sensación de seguridad justo antes de que un cliente grosero lo reprendiera por algo total y absolutamente sin importancia .

Sin embargo, hoy no vestía uniforme, sino que cambió su típico verde y marrón por negro. Todavía podía escuchar los ecos de las protestas de cuando las chicas lo llevaron por primera vez a comprar ropa hace tantos años. Se estremeció al pensar en hacerlo de nuevo.

Bell asintió con aprobación al papel y se lo devolvió a la chica con una sonrisa orgullosa. Por supuesto, no pudo resistir la necesidad de burlarse del niño. Con un empujón juguetón, la empujó hacia un lado y deslizó un brazo alrededor de su cuello. Su otra mano rápidamente se elevó por el espacio entre sus orejas y le revolvió el cabello juguetonamente.

"¡Lo hiciste genial! ¡Muy pronto estarás listo!"

Para su absoluta desesperación, ella solo frunció el ceño. Dio un grito y retrocedió simulacro de ella, lo que podría posiblemente haber hecho para ganar a sí mismo como la ira?

"¡Bell-nii! ¡Aiz-nee acaba de peinarme esta mañana!"

Sus ojos se movieron rápidamente hacia la cabeza de cabello color crema de la chica mientras se peinaba. A él le parecía lo mismo, ¿no era así como se veía antes? Él le dijo como tal.