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La familia Lan, se conformaban por ser una de las familias más Justas y Honorables entre todas al ser una de las cinco principales familias con más reconocimientos por toda china, permitiéndose así poder tener bajo su poder la empresa más importante de todas, con grandes socios e importantes accionistas.

Pero ellos eran iguales a todos los demás pertenecientes a las grandes familias, por lo que le veían mucha importancia la reputación que su familia pudiera tener ante la sociedad, por lo tanto antes de que aquel al que llamaban Primer Jade de la Familia Lan, fuera nombrado ante todos como el Presidente Ejecutivo de la Empresa Lan debía contraer matrimonio ¿Con quién? No importaba con tal de que perteneciera a una importante y reconocida Familia, además de que le proveerá buenas ganancias estaban más que bien.

— ¿Casarme? — cuestionó Lan Huan de cortesía Lan XiChen, hijo mayor del actual Presidente Lan y su amada esposa Madam Lan.

Un gran empresario de veinticuatro años de edad reconocido como uno de los herederos a la fortuna Lan, graduado de la Universidad hacía Dos años y desde Entonces decidió ayudar a manejar la empresa junto a su padre Lan QiRong conocido como QingHeng-Jun.

— Ya eh concretado varias citas XiChen, solo tienes que elegir sabiamente quien crees correcto podría llegar a ser tu compañero — demandó su padre al otro lado de su escritorio mientras veía directamente los papeles en su mano sin prestarle mucha atención aquellas inconformes expresiones en el rostro de su hijo mayor, mientras Lan QiRen su hermano menor guardaba silencio al igual que el inexpresivo de su hijo menor, el Segundo Jade Lan — agradece que te estoy dejando elegir así que no debes desaprovechar esta oportunidad sino yo mismo elegiré tu compañero sin importar nada — demandó firmemente como siempre sin esperar ninguna objeción a sus decisiones.

— ¡Inaceptable! — aquella dulce voz que se escuchaba de vez en cuando por los corredores de la gran empresa Lan, irrumpió aquella oficina de golpe dejando notar el desconcierto ante la idea que su esposo le estaba planteando a su hijo mayor.

— Madam Lan — tras de la reconocida e importante diseñadora Madam Lan, él joven secretario del presidente entro con una de sus incómodas sonrisa ante la irrupción de la señora en la oficina.

— Acaso vas a detenerme ¿Secretario Wei? — con su impecable y atroz mirada, la manzana de Adán del joven se balanceo antes de reverenciar a los presentes y salir de aquella oficina donde sabía había un gran conflicto y por eso Madam Lan se encontraba entre las paredes de la empresa furiosa, algo poco característico en ella, pero muy aterrador hasta para alguien con un mal carácter como ese joven Secretario Wei.

Al verlo irse, Madam Lan soltó un pequeño suspiró, conocía al joven y lo apreciaba mucho pues desde que había iniciado a trabajar para su esposo les había ayudado bastante, además de que adoraba su personalidad carismática, alegre y extrovertida, junto a su seguridad, pero en ese momento no podía comportarse amable, estaba furiosa por lo que sabía estaba haciendo su esposo a sus espaldas, así que en cuanto el menor se fue cerro la puerta de la oficina para que nadie pudiera oír lo que pasaba dentro de la oficina.

En cuanto la puerta estuvo cerrada todos volvieron a prestar atención a la elegante mujer quien sin ningún temor ni nada volteó a mirar de una manera desafiante a su esposo, mientras este le daba una gélida mirada como si todo su mundo se redujera a esa mujer frente a él que se encontraba furiosa, ya que ante sus ojos solo ella importará.

— Lan QiRong — llamo firmemente la mujer mientras se encamina hacía la dirección en la que se encontraba su esposo — tu deja a mis hijos en paz, déjalos vivir sus vidas — enfurecida la mujer se colocó frente al escritorio apoyando una de sus delicadas manos sobre el escritorio, dándole un poco más de terror a su postura mientras miraba a su esposo a los ojos — aún son jóvenes, tienen que disfrutar de sus vidas conocer personas y no encerrarse en esta estúpida oficina anticuada, mientras organizan una absurda boda que ni ellos están dispuestos a aceptar — demandó ella furiosa, conociendo perfectamente los pensamientos de su esposo y el apuro que tenía con que alguno de los dos concretará un matrimonio.

Pequeñas Historias -°'[MDZS]'°-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora